domingo, 27 de fevereiro de 2022

Pedro Castelao: "Ad petendam pluviam, pedir a Dios que envíe la lluvia supone culparlo de la sequía"

Pedro Castelao*

Rogativas   
Rogativas

"La teología que encierra tal forma de oración es mortal para la credibilidad del conjunto de la fe"

"De ninguna manera me atrevería a juzgar la autenticidad religiosa de esas oraciones. Únicamente tengo dudas sobre la objetividad de la teología que presuponen"

"La credibilidad pública de la fe se juega, en muchos casos, más que en grandes acciones de evangelización, en cuestiones aparentemente nimias como esta"

"Dios no nos ha castigado con la Covid-19, como tampoco nos castigó antaño con la peste"

"Y si termina mandando la lluvia a nuestras cosechas, ¿cómo es que condena a la hambruna a los pueblos de África?"

¿Quién puede tener la más mínima duda? Cuando un obispo pide a sus presbíteros, a sus consagrados y a todos sus fieles que recen a Dios para que envíe la lluvia está obrando con la mejor de las voluntades y es movido, con toda seguridad, por un genuino celo pastoral, si bien acorde con una determinada concepción teológica que, por supuesto, da por obvia. 

Lejos de mí cualquier cuestionamiento de las nobles intenciones de un prelado que busca lo mejor para sus comunidades eclesiales tan dependientes del campo. Si se producen, de ninguna manera me atrevería a juzgar la autenticidad religiosa de esas oraciones. Únicamente tengo dudas sobre la objetividad de la teología que presuponen.

La historia de la Iglesia nos muestra que con la más santa de las intenciones se puede conseguir la más funesta de las consecuencias. En muchas ocasiones, creyendo fomentar y fortalecer la fe, se ha estado sembrando la semilla de su negación. De hecho, a estas alturas del siglo XXI, pedir a Dios que envíe la lluvia supone, en su más pura objetividad, culparlo efectivamente de la sequía

Procesión en Yecla, para pedir lluvia
Procesión en Yecla, para pedir lluvia

Es evidente que nada hay más opuesto a la buena intención de quienes promueven tal oración, pero no son menos evidentes las implicaciones lógicas que esta súplica lleva consigo. 

El problema es profundo y sus derivadas múltiples. Por eso es necesario reflexionar, siquiera brevemente, sobre las consecuencias objetivas de nuestros actos religiosos. La credibilidad pública de la fe se juega, en muchos casos, más que en grandes acciones de evangelización, en cuestiones aparentemente nimias como esta, pues es ahí donde, involuntariamente, se presenta la fe como contradictoria con la ciencia.

Todos los niños de nuestro país saben que la lluvia se produce según el proceso natural del ciclo del agua provocado por el Sol: evaporación, condensación, precipitación. Y en este ciclo, entre otros muchos factores, influye, en particular, el anticiclón de las Azores, así como, en general, el cambio climático. Para saber qué tiempo va a hacer —permítaseme la broma— todos consultamos a la AEMET, no a la web de la diócesis

Ahora en serio: no se puede concebir el «actuar» del Dios de Jesucristo de idéntica forma a como Homero nos dice que actuaban los dioses olímpicos en el mundo antiguo: interviniendo de manera puntual y arbitraria, inmiscuyéndose parcialmente en los asuntos de los hombres. Estaríamos así ante una forma críptica de paganismo, porque Dios no envía la lluvia, como Zeus no enviaba el rayo. Dios no manda tempestades, como Deméter no fertilizaba las cosechas. En la actualidad, Dios no nos ha castigado con la Covid-19, como tampoco nos castigó antaño con la peste. 

Brasero y el tiempo

De hecho, pensar en Dios como un «factor» más, al lado de los elementos naturales que realmente causan las enfermedades o las precipitaciones, es hacer un flaquísimo servicio a la confesión de su divinidad absoluta y trascendente. Es más, es contradecirla, pues se acaba rebajando a Dios a un objeto de este mundo

En efecto, concebir su «acción» en el orden creado con la misma lógica con la que se concibe la actuación de las causas segundas es, por decirlo en términos tomistas, degradar y naturalizar la Causa Primera. Y nada hay más letal para la fe en Dios que hacer de Él algo mundano

Mantengamos entre paréntesis la buena voluntad y analicemos la objetividad de lo que se pide.

Si rezamos a Dios pidiendo que se apiade de nosotros y que, ante la sequía que muda los campos en eriales, tenga misericordia de los agricultores y haga que llueva, ¿qué impide extraer la consecuencia de que, efectivamente, si ahora hay sequía es porque Dios no ha querido mandar la lluvia antes? 

Y si termina mandando la lluvia a nuestras cosechas, ¿cómo es que condena a la hambruna a los pueblos de África?

¿Y cuando sucede lo contrario? ¿Son las inundaciones también culpa de Dios cuando la manda en exceso? 

¿Por qué Dios no arregla de una vez por todas el calentamiento global y el cambio climático?

Rogativas

No es extraño que físicos, meteorólogos y medios de comunicación sonrían con sarcasmo haciendo burla de la religión y sus supersticiones anticientíficas

Para hacer frente a todo esto, se dirá que, por una parte, se puede reconocer la causalidad natural en los fenómenos atmosféricos y, al mismo tiempo, es santo y piadoso rogar a Dios para que los altere en nuestro favor. 

Craso error. La infinita y eterna bondad de Dios se ve oscurecida y hasta negada si decimos que Dios sólo hace el bien en ocasiones puntuales y a nuestra demanda, pero no el resto del tiempo y por iniciativa suya. Y su omnipotencia se antropomorfiza y se adultera si se la concibe como la de un superhéroe de Marvel que altera a su voluntad la regularidad autónoma de las leyes del universo. No pensamos bien de Dios, ni rezamos en coherencia, cuando somos presa de concepciones teológicas asentadas en semejantes presupuestos. 

Las sequías, como las enfermedades, el hambre y las guerras, son un problema de toda la humanidad que no podemos esperar que un Dios olímpico arregle a base de intervenciones puntuales. Somos nosotros los que tenemos que actuar con inteligencia, previsión y solidaridad para, en este caso, alcanzar una gestión pública del agua en la que no primen ni los intereses partidistas, ni los egoísmos territoriales, ni las recetas apresuradas. 

En la Laudato Si’, el Papa Francisco nos exhorta, entre otras cosas, a reaccionar creativamente contra la verdadera causa de las sequías y las inundaciones: el impacto de la acción humana en el desequilibrio letal en el clima y en los ecosistemas de nuestro planeta. 

Rogativas

Es ahí donde tiene que estar el objetivo de nuestra oración: en hacernos cambiar a nosotros en nuestros hábitos de vida personales y en la idea del desarrollo de nuestra civilización y no en que nosotros intentemos cambiar a Dios. 

Porque pedir a Dios que mande la lluvia puede parecer algo más o menos acertado, pero en el fondo inocuo. 

No es así: la teología que encierra tal forma de oración es mortal para la credibilidad del conjunto de la fe cristiana. Por eso, aunque no resulte agradable, hay que tomar el asunto en serio y reflexionar serena, abierta y honestamente sobre él y sus múltiples consecuencias. El rostro público del Evangelio está en juego. Y esto, a pesar de las santas intenciones de nuestros buenos dirigentes.

Que llueva
*Pedro Castelao, teólogo- 26/02/2022
Fonte: https://www.religiondigital.org/opinion/Pedro-Castelao-Ad-Dios-efectivamente-Iglesia-religion_0_2426757305.html?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=el_papa_llamo_a_zelensky_para_expresar_su_profundo_dolor_por_los_tragicos_eventos_en_su_pais&utm_term=2022-02-27

Carta de Simone Weil a Georges Bernanos

Carta de Simone Weil a Georges Bernanos

Carta de Simone Weil a Georges Bernanos

"Durruti dio al muchacho veinticuatro horas de reflexión; al cabo de veinticuatro horas, el chico dijo no y fue fusilado. Durruti era, sin embargo, en algunos aspectos, un hombre admirable"

"Cuando se sabe que es posible matar sin arriesgarse a un castigo ni reprobación, se mata; o al menos se rodea de sonrisas alentadoras a aquellos que matan"

"Estuve a punto de asistir a la ejecución de un sacerdote; durante los minutos de espera, me preguntaba si simplemente iba a mirar o haría que me fusilaran al tratar de intervenir"

"Se parte como voluntario, con ideas de sacrificio, y se cae en una guerra que se parece a una guerra de mercenarios, con muchas crueldades de más y el sentido del respeto debido al enemigo de menos"

La escritora Simone Weil participó en la Guerra Civil española y formó parte de la Resistencia Francesa. En esta carta, publicada en 'El viejo topo', dirigida al intelectual orgánico Georges Bernanos, cristiano a conciencia, llama la atención sobre las ejecuciones que se realizan invocando una ideología.

Estimado señor:

Por ridículo que sea escribir a un escritor, que está siempre, por la naturaleza de su oficio, inundado de cartas, no puedo resistirme a hacerlo después de haber leído Los grandes cementerios bajo la luna. No es la primera vez que un libro suyo me afecta; el rural Diario de un cura es a mis ojos el más hermoso, al menos de los que he leído, y ciertamente un gran libro. Pero aunque me hayan podido gustar otros libros suyos, no tenía ninguna razón para importunarle escribiéndole.

En cuanto a este último es otra cosa; he tenido una experiencia que responde a la suya, aunque mucho más breve, menos profunda, situada en otro lugar y vivida, en apariencia —solamente en apariencia— en un espíritu muy distinto.

Libro de Bernanos

Yo no soy católica, aunque —lo que voy a decir parecerá presuntuoso a cualquier católico, dicho por un no católico, pero no me puedo expresar de otra manera— nada católico, nada cristiano me haya parecido nunca ajeno. A veces me he dicho que si se fijara a las puertas de las iglesias un cartel diciendo que se prohíbe la entrada a cualquiera que disfrute de una renta superior a tal o cual suma, poco elevada, yo me convertiría inmediatamente. Desde la infancia, mis simpatías se han dirigido hacia los grupos que se identificaban con las capas despreciadas de la jerarquía social,  hasta que he tomado conciencia de que tales grupos son de una naturaleza que hace extinguirse cualquier simpatía.

El último que me había inspirado alguna confianza era la CNT española. Había viajado un poco por España antes de la guerra civil; muy poco, pero lo suficiente para sentir el  amor que es difícil no experimentar hacia ese pueblo; yo había visto en el movimiento anarquista la expresión natural de sus grandezas y sus defectos, de sus aspiraciones más legítimas y de las menos legítimas. La CNT, la FAI eran una mezcla asombrosa, donde se admitía a cualquiera, y donde, en consecuencia, se podría encontrar inmoralidad, cinismo, fanatismo, crueldad, pero también amor, espíritu de fraternidad y, sobre todo, la reivindicación del honor tan hermosa entre los hombres humillados; me parecía que aquellos que iban allí animados por un ideal prevalecían sobre aquellos a los que impulsaba la violencia y el desorden.

En julio de 1936 yo estaba en París. No me gusta la guerra, pero lo que siempre me ha provocado más horror que la guerra es la situación de los que se encuentran en retaguardia. Cuando comprendí que,  a pesar de  mis  esfuerzos,  no podía dejar de  participar  moralmente en esa guerra, es decir, desear todos los días, a todas horas, la victoria de unos y la derrota de los otros, me dije que París era para mí la retaguardia, y tomé el tren para Barcelona con la intención de comprometerme. Era a principios de agosto de 1936.

Guerra civil española

Un accidente me hizo abreviar forzosamente mi estancia en España. Estuve algunos días en Barcelona, después en pleno campo aragonés, junto al Ebro, a una quincena de kilómetros de Zaragoza, en el mismo lugar en que recientemente las tropas de Yagüe han pasado el Ebro.  Después en el palacio de Sitges transformado en hospital; después nuevamente en Barcelona; en total, aproximadamente dos meses. Dejé España a mi pesar y con la intención de regresar; más tarde, voluntariamente no he hecho nada. No sentía ya ninguna necesidad interior de participar en una guerra que no era ya, como me había parecido al principio, una guerra de campesinos hambrientos contra propietarios terratenientes y un clero cómplice de los propietarios, sino una guerra entre Rusia, Alemania e Italia.

He conocido ese olor de guerra civil, de sangre y de terror que desprende su libro; lo había respirado. No he visto ni oído nada, debo decirlo, que alcance la ignominia de algunas historias que usted cuenta, esos asesinatos de viejos campesinos a golpes de garrote. Sin embargo, lo que oí bastaba. Estuve a punto de asistir a la ejecución de un sacerdote; durante los minutos de espera, me preguntaba si simplemente iba a mirar o haría que me fusilaran al tratar de intervenir; todavía no sé qué habría hecho si una feliz casualidad no hubiera impedido la ejecución.

Cuántas historias se agolpan bajo mi pluma… Pero sería demasiado largo; ¿y para qué? Una sola bastará. Estaba en Sitges cuando llegaron, vencidos, los milicianos de la expedición de Mallorca. Habían sido diezmados. De cuarenta muchachos jóvenes que habían salido de Sitges, habían muerto nueve. Sólo se supo a la vuelta de los otros treinta y uno. La misma noche siguiente se hicieron nueve expediciones punitivas, se mató a nueve fascistas, o supuestamente tales, en esta pequeña ciudad donde, en julio, no había pasado nada. Entre esos nueve, un panadero de unos treinta años, cuyo crimen era, me dijeron, haber pertenecido a la milicia de los «Somatén»; su anciano padre, del que era hijo único y el único sostén, se volvió loco.

Guerra civil española

Otra: en Aragón, un pequeño grupo internacional de veintidós milicianos de todos los países cogió, después de una escaramuza, a un joven de quince años que combatía como falangista. Nada más ser cogido, temblando por haber visto cómo morían sus camaradas junto a él, dijo que se le había enrolado a la fuerza. Se le registró, se le encontró una medalla de la Virgen y un carné de falangista. Se le envió a Durruti, jefe de la columna, que tras haberle expuesto durante una hora las bellezas del ideal anarquista le dio la elección entre morir y enrolarse inmediatamente en las filas de aquellos que lo habían hecho prisionero, contra sus camaradas de la víspera. Durruti dio al muchacho veinticuatro horas de reflexión; al cabo de veinticuatro horas, el chico dijo no y fue fusilado. Durruti era, sin embargo, en algunos aspectos, un hombre admirable. La muerte de este joven héroe no ha dejado nunca de pesar sobre mi conciencia, aunque no lo haya sabido sino después.

Y esto otro: en una aldea que rojos y blancos habían tomado, perdido, retomado, vuelto a perder, no sé cuántas veces, los milicianos rojos, habiéndola vuelto a tomar definitivamente, encontraron en las cuevas un puñado de seres despavoridos, aterrorizados y hambrientos, entre ellos tres o cuatro jóvenes. Razonaron así: si estos jóvenes, en lugar de venirse con nosotros la última vez que nos hemos retirado, han permanecido aquí y han esperado a los fascistas, es que son fascistas. Por lo tanto, los fusilaron inmediatamente, después dieron de comer a los demás y se creyeron muy humanos.

Una última historia, ésta de la retaguardia: dos anarquistas me contaron una vez cómo, con otros camaradas, habían cogido a dos sacerdotes; a uno se le mató en el sitio, en presencia del otro, de un disparo de revólver; después se dijo al otro que podía marcharse. Cuando estaba a veinte pasos, se le abatió. El que me contaba la historia se asombró mucho de no verme reír.

Weil en Barcelona

En Barcelona se mataba como media, en forma de expediciones punitivas, a una cincuentena de hombres por noche. Proporcionalmente, era mucho menos que en Mallorca, puesto que Barcelona es una ciudad de casi un millón de habitantes; por otra parte, se desarrolló allí durante tres días una sangrienta batalla callejera. Pero tal vez las cifras no sean lo esencial en semejante materia. Lo esencial es la actitud con respecto al hecho de matar a alguien. Ni entre los españoles, ni siquiera entre los franceses llegados, sea para combatir, sea para darse un paseo —estos últimos con mucha frecuencia intelectuales blandos e inofensivos—, he visto nunca expresar, ni siquiera en la intimidad, la repulsión, el desagrado ni tan sólo la desaprobación por la sangre vertida inútilmente. Usted habla de miedo. Sí, el miedo ha tenido una parte en esas matanzas; pero allí donde yo estaba no he visto la parte que usted le atribuye. Hombres aparentemente valientes —de uno de ellos, al menos, he constatado personalmente su valor— contaban con una sonrisa fraternal, en medio de una comida llena de camaradería, cómo habían matado a sacerdotes o a «fascistas», término muy amplio.

En cuanto a mí, tuve el sentimiento de que, cuando las autoridades temporales y espirituales han puesto una categoría de seres humanos fuera de aquellos cuya vida tiene un precio, no hay nada más natural para el hombre que matar. Cuando se sabe que es posible matar sin arriesgarse a un castigo ni reprobación, se mata; o al menos se rodea de sonrisas alentadoras a aquellos que matan. Si por casualidad se experimenta primero cierto desagrado, se calla y pronto se lo sofoca por miedo a parecer que se carece de virilidad.

Simone Weil
Simone Weil

Hay ahí una incitación, una ebriedad a la que es imposible resistirse sin una fuerza de ánimo que me parece excepcional, puesto que no la he encontrado en ninguna parte. He encontrado en cambio franceses pacíficos, que hasta ese momento yo no despreciaba, a los que no se les habría ocurrido ir por sí mismos a matar, pero que se sumergían en esa atmósfera impregnada de sangre con un visible placer. Nunca podré sentir por ellos, en el futuro, ninguna estima.

Una atmósfera así borra pronto el objetivo mismo de la lucha. Pues no se puede formular el objetivo más que reconduciéndolo al bien público, al bien de los hombres, y los hombres tienen  un valor nulo. En un país en que los pobres son, en su gran mayoría, campesinos, el mayor bienestar de los campesinos debe ser un objetivo esencial para todo grupo de extrema izquierda; y esta guerra fue tal vez, ante todo, al principio, una guerra por y contra la repartición de tierras. Y bien, esos míseros y magníficos campesinos de Aragón, tan dignos bajo las humillaciones, no eran para los milicianos siquiera un objeto de curiosidad. Sin insolencias, sin injurias, sin brutalidad —al menos yo no vi nada de eso, y sé que robo y violación eran merecedores, en las columnas anarquistas, de pena de muerte— un abismo separaba a los hombres armados de la población desarmada, un  abismo semejante al que separa a los pobres y a los ricos. Se sentía en la actitud siempre algo humilde, sumisa, temerosa de unos, en la soltura, la desenvoltura, la condescendencia de los otros. Se parte como voluntario, con ideas de sacrificio, y se cae en una guerra que se parece a una guerra de mercenarios, con muchas crueldades de más y el sentido del respeto debido al enemigo de menos.

Weil

Podría prolongar indefinidamente estas reflexiones, pero debo limitarme. Desde que estuve en España, oigo, leo todo tipo de consideraciones sobre España, y no puedo citar a nadie, aparte de usted, que se haya sumergido, que yo sepa, en la atmósfera de la guerra española y lo haya  resistido. Usted es monárquico, discípulo de Drumont: ¿qué me importa? Usted me es más cercano, sin comparación, que mis camaradas de las milicias de Aragón, esos camaradas a los que, sin embargo, yo amaba.

Lo que dice del nacionalismo, de la guerra, de la política exterior francesa después de la guerra me ha llegado igualmente al corazón. Yo tenía diez años cuando el tratado de Versalles.  Hasta entonces había sido patriota con toda la exaltación de los niños en período de guerra. La voluntad de humillar al enemigo vencido, que se desbordó por todas partes en ese momento (y en los años que siguieron) de una manera tan repugnante, me curó de una vez por todas de ese patriotismo ingenuo. Las humillaciones infligidas por mi país me son más dolorosas que las que éste pueda sufrir.

Temo haberle molestado con una carta tan larga. No me queda más que expresarle mi más sincera admiración.

S. Weil

Fonte:  https://www.religiondigital.org/opinion/Carta-Simone-Weil-Georges-Bernanos-guerra-Espana-religion_0_2425857393.html?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=el_papa_llamo_a_zelensky_para_expresar_su_profundo_dolor_por_los_tragicos_eventos_en_su_pais&utm_term=2022-02-27

Palavras para mim. 1

Crónica de Anselmo Borges*

data:image/jpeg;base64,/9j/4AAQSkZJRgABAQAAAQABAAD/2wCEAAkGBxMTEhUSExMWFhUVGBcWFxcXGBgaGxgdFxYYGBgdHhkeHSggGB0lHxgYITEhJSkrLi4uGCAzODMtNygtMCsBCgoKDg0OGxAQGy4lICUtLTAvLS4tLS0tLS0tLS0tLS0tMC0tLS0tLS0tLS0tLS0tLS0tLS0tLS0tLS0tLS0tLf/AABEIAO8A0wMBIgACEQEDEQH/xAAbAAABBQEBAAAAAAAAAAAAAAAEAQIDBQYAB//EAEEQAAIBAgQDBQQHBgYCAwEAAAECEQADBBIhMQVBURMiYXGRMoGh0QYUQlKxwfAjYnKSouEVM0OC0vEkU4Oy4hb/xAAaAQACAwEBAAAAAAAAAAAAAAADBAABAgUG/8QANhEAAQMCBAQFAwQCAQUBAAAAAQACEQMhEjFBUQRhgfATInGRobHB0RQy4fFCUgUjYnKCkhX/2gAMAwEAAhEDEQA/AL+umoda7WvKYl0IU8101DBroNXiVQpZpJqOKgxGMRDlJJaJyqrO0bTlUEgeNWCTkoQi5rpqNDIB11E6gg+8HUeVOipJUhOmumm5a6KklSE7NSzTIp0Vd1IXZq7NXRXRV3UhdmrpqDGXSi5gBtUX1jOCvsvExEzz28aapcLUe0P/AMZg6xuSNhqlKvG0qbzSviiQIz2AOUmDA1IjNS4jHIhCs0EgkCCSQIBMAEwJGvjT1xAZM9shgVlTMg6aa9KqcYGc2LqhzBdLhtxmCskzryzInrRPC8NcWzknIQxySFZgk93NBgvvJ/HWh1GGmcJzBg9CR/NtEanUbUaHtyIBHoRKks8UX6uuIfuqUV2gExIEiBqYJipbGOVmKQyuoDFWUqYJIBHIiQRptUFzha/Vmw4kg22STucwOp95mlweEKrnMm8UAYsxbUCcs8lzE7RWSRBjf40W7qwmkzVnrXHWNq2zKEuHsnI3V7bMocoTzXNqN1I6EE6GsuxNzUBBXZq6aSliqxlXCWaSa6uqYypC6aSlrqmMqQmzXVHnpc9BRoT6dUOem3QGUryYESPERVhSFB/i9rQ5jlJyh8rZCSYHfjLqdJmKhe3ct3brBGdbuUyjIHQquXZyBl0BGu5OlA4m3e+qnDGzmJTss6smSIy58pYNtrljfSedXltpUb7DQ77c/GikhotrznqsAE9whcEHFpluMysTcyscrOqsxKTupZQQOY0oSzjbjvZtMctxHftwJAIt2zBH7rF7bD3jkaMw5gkZZMbknf8AUj3UQtpc3aFV7TLlLRrEzE7xOsUaq1tM/wBbWsDYevLmkuC4l/ECSI5QbEGCC6ACf/EWEym8QxvZhO7OdwglsoBIJBJgwNI23IpeHYztVYxGVihIIZSRElWHtDWOWoI5U3HYTtkySAcyOpIkAo6uJHMd2PfS4XBG21xy6lrmWVRci92QO7J72urE6wOlCBbg5999PZ0k4kXXUDZ4gHIyK7LJGeAF06EkFh4gEVDh8Y31h7bHSJXQfun37/Co2m4zyE/T8o1OmagcRoJ6dlGYjGW7cZ3VZ2DEAn3UFx68QttFZ1Nxwua2MzABWckCDPsgbc6isXTZu3i6Oe0cMlxEZ5XIq5DlBK5SDuI707zVotsNluFDpOUsCCM2/kTFSQ0g/jOO9fZBzsheG4vtrZVxluL3Li7Q0TIHQghh4HqKfh8PmQK4gqdDz9wpnEsatle0KFpKqcoGbU/EDXT0qLFcXC3LKqAyXYJcNooYgWyPvZmMUanWe1pDLAmRyLQZjoYg5oFXhqdR4c+8AtI0IJBv6ESIi90XgsMUmWmfD4UPx8E2ggGY3Llu3lmMwZwXE/wBqPU1IjQaXq8ViqY352Jge32THD8EGUhTpWFwJJPMi8qu4KHUnD3VIKCbbTmzWydAWiMy+yfCDzNKvE5udkLN3NAYyEUBSxWdXk6g6ATRt3HImXtHCywVSxiWOw86FxeHP1hLoIgK6MOoYqVjyK/GtnCRMd9ysiZhNfhFprXYupZASRJgiWJ0IgiJIEcqPNRg06fH86C55JuUGoXMfIvlYSPtB9CV1dNZ/trq378FriDIzWtyEdYzW/EFHlefKDuX9Hb+fD2zMwCk9TbYpP8ATPvrbmECfT5EpgGTCtZrpqKa6hytQpZrqipakqQhJrgaly1X8cLLazKSMroWgwSucBhPLQ7+FRvmICI5wAlFPdCgliABuSQAPfQP0db/AMdAPZXMinqquyoR1BUAg07hTMLl208yMrqpbPlRhlAz7k5lYwdp5ipeIYllKqIAaO+ZMaxv86PRouqu8NueedoAPqTrZsm2VrboUnV3gN5/GfPTQEruL4hrdm4y6MFhf4m7q6c9SKi4TjCc1pyxdNQzKVNxCe60EDXkfETzqe3kcBGzXIIaTsGUggyPESKNW2uYEgZgDB0kAxMeG3wqVGeGfDcM7gxBi0GDcCPTNZqUyx8H6RI3vuqxeIoxUqGzG52RQ6FSAWbMOQCifGVjcUTxEv2NzIYfIxUjkQCRTr3D/wDyFvyBFt7bCNWBKFdfDKf5qke+gOUuoY/ZLCT7pmsPfccvsckBtNrC6BEmTzO/VVL3yi2L1t3Pava7jOWFxbkZoBmCFJaVj2ddKu7pmfGq6/g1s2rjYe0guLbbIAo1IU5R5TGldw4WcqurhiwAzM5LMTuIJ0M/ZAEdKomRPf1+pJzzhaFim8Os3rNtbIVGW2AivnKyqwBmXIYaOkgxyp+Jwx7dbijQABtfEg/A/Co+PSOxI1HaZGXOyA51IWSuujBfWjcJGT7PdkEI2cDnEmDMRv1rbahb5xFwQevXqLIlGqabjGxF9iFPV5bYlU0BUrDTy0Gv41mOG43tlVxbZUdQysxTvA6jQMSNOsUdjOKKiW7RVmYk5QuswCT4DQ8zSVegXlo1n2sZOYyhBd5gEnH+FFlGRtM9tw28ZLivHvCkT41VJwFf2oDND5coA/ysrFxl8M7EjpoNhVhh+I5y1vvKywTbbQwdj0YGDqCdRUXF3tJZa5dRHKkC2rgEF20Ua6CTEnkJPKmKfit8pMmdrm4jl7W+ZhiJN0Ura77U9zQXCLFpbQW0ysRLXCo0LMZYiBG/IbACm8VxBt9mwML2ttH03Fw5B5d5lPurJpNL/Tce2fx/KK2sQyELxnDm5ctoQuTLcLFxKywVAsZhqQz8+VSYTEG0q2r7jPOVG53RoFbKNQeR8QaC+mtmbKuN0ca9JBH45aE4fjAcUL2JBTtFBssfZUagf98sxnemQzFT9/W3939PRDiDKlwt64hR3zwLz2bhN1mLntDbT9k3dAnK0rrptBNXXF8SbdpnXQiI57sBTsU+GtvmItrcIzFsozHkSSBMeNQcZRrtkC2M+YqRBGo3kGYrIOJ7S4QJ+8+32gaIvDNb4rQ42kT76oXhvESRcLBRdVCZgDMoUsvnE/1VZ8FvG5Z7RtyWHdEDSR+VVXFeHtlR7YOdUFtgOalcvwk+vhRVhLtvBOEbJcCXGAMSGlmGhBH/AHVvDC2RqR0znpZMVxT8LGyASRbaxB6GxVo0cqSqnA4wm8Ae0CXbYa2LhRySurkMpMCGTQ+6KtZoBbCSBlPpKbNdVK0yhLeItXw6CHAJR1I06EEHcaHXYwaJeQCQJMaDrVLgOFXUFm5mGcKFuIQApDHM2oEllYkgn94c60xrYJJg6LTplXFiyiCERVB1OUASepjc12Ksh1II0/DxoLj2YWGKsyEG33lMEDtFDfAmqnH4h3Mto+DHaXANmIdYIHNWtpdIH73UVuk10h4MGc9QbQZPMgZ25zBrxDTdLbEZQrPC4e6soCAAfa1BI20Px/OkvwMRZyyWUXEfmQrIGBY8u8ix51Y3byquYnT8elQYfEOxnJlTqTr4GKNU4l9YFxAGcwAJcRBJzJPLIaRqfiK7q2YAvJgZnc6yfWL5Kw7XwrM8UtE3b694LdS3cGW0XzuJUqSNtLacwYMyKtcXiGU2guX9qxUM0wCELjQbyFPMV1jFN2hsuozZc6spOVlnKdDqrAxpqII1oLHPb5uumhzy3CA6HWQPH+MvYw6PAW8+UZfaAMAv/FG3vFDXOIXsPluYnD2mViA120IZSfvAiT61Dx/D3jirV02XuWbUEBMpJO50J6hf5aZxi/fxSizaw9y2pYF3ujLtqOe069dK6fD0aWCkCGlpkvdIGEGwAMgggCYIMkwQUu5zpdc2yG/2+dFprl206BmKNbbKQXjKcxGT2tJJIjxp6Oit2YgMBmygRpMTpoNfwqOzgkSytkjMgQIQdZAEa+dD8FwrI17NmPeCozGSUCLlE88pLDXWZJrlYWkESeX2PY5aI83CXhHDVsr7KZgXAYDXKXJUTvtAjbSu4guc2zbKs9q4Hy5gNIZGHhox9KPy+lZrhmHdRYYoMtl7lmFQhwAzWwxM99YAJEDcHlVglxLib9dZ/rqqcA23ff4VzYw7m72z5QQnZqqktoWzEliBJMDSNIOpmnYLjIcIOzcC8CUY5fsiTIBJX3+VSPi0DZS4BHI1UYTgpBBBtgC61wXEkuVNwvkOgAEHKdTpWjTIE1GkA5WIBtpvplMiVkOBMNIMZ3B99uqvrt5wrZN4MA7TGlA4cJiLdm80kFUuBczZZgMCVmCQdp2ijpoFrlvC2lDEhAcoJExmJImBoB15AVhv/bnyWyBrkp8fgxettbMgNGo3EEH8qa3CUayuHfvKgET7QjxG3TypL/EVS7btkEm5MERAgaTrz2FWBI3qiXAD3H0S1eo9rgG65ZZ7GcrKgxeAKXLXZ9qECXLTdn3mAOVl1MwAVI8J5U+zdfD4ZQyCQy27a6DRrgS0GIkAgFZjoYq7AEyKF4jbttbZbpATSSTljUEHNyIMEHrFaD5gEfnX8ozTiGIW9UI2Iu23ti5kZLjZMyKylWIJWQWbMDBE6RpprofcIAM7VV4XsndZxPbMplFLWtDBEwgGYwSNZq1dARB2qnCCAR62j6/gKOLsDiyJvE5TzjmhMHg7aR2dsLplDDko2EnUDw2owrQty4V9l83OIo1zUqg/u39fvf7bJfg+I8TEx37mxP7YvsWkjfO++ijiup1LQ5TkqC7cVRLMFHUkAepptjEo85HVo3ysDHptQXHUJtZlBJR7dwACSclxSwA5yuYe+mkdpft3ERgEDhnKlcwYCFAIBbWGmIEeNaDQRJ5/Anu/vpLzCLxmKtr3Hg5tIyyCPKpcLiEuHuEE8zsfjrVcFd8ScsSg5zzH96k4Oc1x7je2IBWNvntR3UWinPIHqeUfMrls42q6vgAEF7mi0WaLnEXRIdpE6zAKK4zhS6Qo1Bnz0Ij40Dcxdt1C3FcMPsidTReI4sqF0IYuAhVREubhYKF96meg1qZ7yqMzsq9SWAE+Ziaw18NAI9IMG4697LpBV+EwLvbCsSmR1uWyQCQRMyOhBI95qxwuCCMbjOXcjLJjRQZhVAAAkz1PM6Cus3ldQyMGU7FSCDy0IoXht9ma8jb27kLt7LIjr6ZiPdVOe4zpv3n6q4EpL/Ewt7sipywsvOitcLBFIjnkOs7lRzruNGLXvH4Gor3DbTNdN0hu0I07wygKFA0O8yZ5TRNzBFraozkkAS5Alo5kDSTTFDDRrUqjpABaZg5WkjfpyReCrsbxDSXDyuEwZi+sShLuKbsYyPHZjWDGw1pwN36mzW/83s2yDT2u9ETzqTF3ba2mQt7CohAEmWACADmW0gDrRuGt9laVZmB+Z+dHfWY+gWNbB8SY8xkYc/NYTItaxyumq3EUncO5oscc6m2Eib6z/SpLeIsIbb2RaYsURiWm/wB9gpJBGYxuZ2g9KvW6mosMCw7U7mYA0jlvUzqCCDtBny50nxVJtN/hk319ZvGUkbiJPuuVw1U1afiAQDcTqIsTnE7ZjW9lU8Ht52uXGAIcwARNdgRGJdE9jmOQMD89KlXC2JVUYjOudQpkFdO95ajXxo3A2bVo5VgMQWgnvMFgE9SBmHqK7HEcfReapYXEVGhrWFsNaBAxG5kti0DPUXhGlwlRophwEtJJcDJcTNh5RYzefaYVLgOLuzWs+WGZ0f8AZuioyllAFwkq5LCMvjyiKs+LYZnRQoBIuWmg7FVuKXHvXMKW1wxCxksym4buQkZQ2bNMAAnvawSRNIL7fWXtGMvZo6fzOrjx2T1rjvwnzM7v9p9huuiJycqy7wpkS6c85Ahs6SyraY3AD1MnL4gCdaObipVVdrZW2xXvBlbLngKWA2EkCRMTrVgR12qiXClbVvDXbihVCCFDFnCkZZJ0Ud0Tp11qUprGIk8hJiL5enudpI22m55wsEn3UvFluPeVLWbNbttcGUqAHLKLeeWWV7twEeNQ/SXELd4fccKynMisrbqwuqGB8jz56HnWhsQGmBJ0J5npr7/jVTxrFW79u5bZbrWZ71y2F0yNJiTmYArBIU861wtYNq03EWa5p+ZPrOn8oTwYN8wsbjrB+rYcvh0t2+5N9MrOwK6EgQQTvrzFbw4u2EVmdQrAQzEDNIkb7mNaqrf0ZssqTevXbQAKKz9yI0gADSOnKr1EAAAGg0A8BR+N4unVa1rZ8pcdQLkf7EmbX0B/aNVKbC2Z2H05WhQYTEW3Ga22YaajYztBiD7qJFAcDtMllbbAjs8yCfuqxCHyKgVaWWGvI9aQfGIrYs2w9lFHnS0RDdRS1UqShIoPECLiHrI+EfmaLFR4mxmjWCD0mmeDqMp1ZeYaQ4HPIgjSSlv+QovqUf8ApiXBzXAWF2uB1gZTmVLh7ahy0AE7nrQHbWbd11XNnJBYKrtGYkgkgELOvOicRfRBmdlUdWIA9TVf9Uz3+1Vm7O5aALW3gEo5y6gydHbbpQWk4bz3pz3TDqTA4EAWNrC05kaydd9UvEcBbe8t24VgW2TUw0llZWUjVSIbUdahxwZrVtluC49q7bObKCcrN2bEqNyFdiSIGmwp2EAOIftIJ72UHXQMNgfd60uOQJftm3oxyhlHi0HQdQaI0QQ07Ty9O+S6o4Gni8KTjLcU2w5Yo3iLYt9FY37wtWy165oN3IjcwNq6xhVRWCSC5ksWLEmAASxJJ0AHlQ3GlMWu8qItzO7uAVAVGiQWG7FefKm8BBVWt5g9tDFthpoROQj93kehHQ1hshuIG+fLO2kZ6dYXMcAfKRYjnr8+ycqH/JIAM+18fdRuDutmKd1gBvG3jUF2/ae52Jb9oozRBGmmxiDuJHKRRuGCoIjQ10a3GsfThzfMdIsCYl4JM3H+MR0seRQ/46rRqjC7yiADNy0AxTLQALEzjmTpnaq4lwdnxBvIxXuLlYEEC4jMBmT7QKuR5TqDBo61cOSbuVSB3oPd85MaedAcN4g7u6MW7ty4hC2iEgE5CbhnXLlOh50/jWFZhbKrnFu4rsmnfAVhz0JBKsAea+Vc5/mIHfv7awM911WiASnYRlM9jcVl5gaxPn5UfbtMveLZiTvtAqst4xzdBJcWsrT2idnlIK5YLAFp73XlVqt3KJOqjU+W9Hq8VUdMxcZwMR5EwDpfLrZLUuCo0yMMwDIbidhHo2Y9MwNIWd4LgbtkAgF/9NlbKGCW2ZbRRtBlCwSp3kka6GzxiN2ti4qzlLo3gtxNT5ZkSq/gfEbgyC7ny3wGVnBGV2GY2wT9kjVfIjpVxcxKg5SdeYjQVnBVfUOASb5DTL4RXVaVNk1HBotmYvmoeJcW7EoAmYvIEGOg/OgLWORLua6l1WcZQzkMoEzAjQCfDpNQ8ecLiLGYwohif9/9qTjGKW/ls2ZdiwJIBgaHn796co8OHtp4mmHA4nAkQJP/AK6XkXXSZQbDZbnmeqmxYuC9IJ++ASSPT126U3ERebxyaL0YHarJsAf2RB1thQT/AAx8j61I+EW3N1V1Oh1Ea7mKYo8SKnhtpXq4cLYgeaYgzAgwHZ2OIawman/I0qNEVnGCxhuBlG4iSCAHWmDinOFHwq/mQT7S9302oS1hb9pDbtC26jN2ZZipUMSYYZSGiTrIkR51ZrbIEqgBOp2BPP305GzCRSfGcO5hdWaBgLtCHQc4MG15iYtAXJfxdGtXIYC0nzAEEGDnEi40tcWBCrsLbazbsWxICoEgkEkIABJGmuhoq5iWD5B7I38z+vjT8ZaJGm4/OonssLe0tufKT/ajcM6g5jS/DJxNi2pnEfQWBJ2XG4r9S2q8U8WEYXyJ/wAQGlg9TcgDTnKlN6XKiO6dT4+lTowG4moMJbyrJ3bU1NXP4rB4kMyFp3IzPUz0hdPhfENLFUzcSYP+IOTegjqpO38K6oqWl0xAXKK4inAU4VYVqnxKFMQLrKzW+zyAqpbs2zEk5RJ7wIEgfZ8as8O4cSAwH7ysp9CAYqcGqnCYjEXFuMHRWS5dQKUle4xyyc2bVcpkHntRQ3EL/f8AlZuCisVwxXOZgcw+6QD+vOg8F2Wa21sOzuzLLHvJkEvmB9mNAfFh1qdOMjsbV7JpcVWifZkA+/n6Vbp9H3N8X1Crmt5GnckMCp9JB8l6UZtF5GGCc/69/eFf690GiKhgRIk5G4z0MaW3CqOL4d81m4ENwW3JZBEwylQygkAlSdp2JjWo8I903mP7TsisjOqplbNsNAxEHnO1a0cGnd/QVT/SfhTItpldoN62jgNkzC7NtRmGo77JWxwVYiC35Hr3/UDNannKz1zhV1zcuByj9qXtCEI7ihEzGCcrAagEaN1q1N8bEd7mF1g89aXg3D703rTGXtOJBbOAtwFrYFz7UAazBHSIJXGWGtOHZSORrL+HeDDx6Rl6SFpjmuu0oBcMmdjNxS7BiA7KCQAswCOSirQioeIOrwqQT4cvfVvgntiO0UEHSeY8aWryGh0Gdtek/A9luIyWR4uoXEWnJQB0dCzpngqVZYEiCZarhIdNe8rCDIKzyPdOoB1rQ4qz2FlgNS7RmjYHx8vxqnZY3oTKwqNkZDI7/FtszkqaLkoJMTaLC2HTMNklZEfu+FQXBNx1y5pC846a1U3rNwNcRQ5KX+1tJ2ZKPmCuS1yO7DM/2hBA0Oxv71y1bbM7KpY8zv5DnT/DPFAk5yIGectIyLTFtD1KT4vhncSGAEANdJNsoc0gSHDXURuocOzA9m4E7gxNWCLA2j3ULx68RbQhiLTOnaMpMi2ZkgjUCcskbAk6b0Nw9R262bK2St1WYOjhicgUjMANJzNBk7VKrfHfja2Cc4ykZnlO1/VF4an+np4HPkDInMDQE6xlNtotKfxrFlLYhwjO6Ww5AIWTJMHQ90NT+G4z6xZbQB1OR1E91lg6TrB0IPMEUZisEO2VCtx7lkdtFtR3Qwe3Msy5jGcQJPqKPw3BkuouIs3Y7ZEYXMslkgsuh8GO+00ehw9am5rg24MzIzBkDeLDf0Uqvp1GuYTZwIy0IhVtm8SgABJ1/U0DxY3LNgFCocvbHeEjv3VSD/MNeVXH0b4fce3ce5cZ3W5dtFSFCg2rrKCIUHvKFOpO9S47hgdSlxNJBkHmrBh5agUfiajyHMFMNa52I3LpMznAECTAtzKWoUWgte55c5rcIsGxlJi9zAkyeULJYvirMbToSq24N9DEjNdW0Vb+CLh03yitGlsEGeVQNgrU3CUUm7Auae2ACAGHPQkUbZiCK5RgwAN+/rfaE7BChFnSaj7MxPKixqDUF5p22FDLQBKsOJKhrqdFdWFtKKUilFIWrQWgFwoVOCrcdgC8XSGdQxCk5QusQYIUSJg0VNW2Eu27C5nPfbZRqfSm+EaXvjIarFYhrcroP6ScIRMG2UaoVOnQMBHgIPwozh30hDJbXsrrNCqxVNAYAJmdudC4nj9xtFAXyGZveToKz1jjd67cZXcd24yZYusdNVJYNlWQQdq6xcxmVu/f4XJPDVH1TVDokAZTkSd415rXMTexd6w9x0W0lpraW3a2Xz5szllIYgMMsTAjXcVHw5u0tYm1iB21uxeZQzqD2iotu6J0hmRiVnqnWaz+IwivGdEaNpWYneDMilwdoWVK21yqdMqs4WNdlJIG52FV+sp7hNfpn7K94NhWuoWDdhazHLbsgJ5kkDfx50Z9ILiWsK7snaLbUFgxglVIzGY3AlvGKoOG8QuWpVSuUmYfUeemoqxOOV7V1cQ6hLilO4rGAwKmIktvWOFeMIDwcRzJuPrHpAhNcYySSxzcA/aBYjoBM7knroq3HYux2tm3hmt3FudoDkIMFUzrBGmoV/HQUi4y2hz3Tlt25ZtJ9kTt7quMJcs4js7We6bmF7G4Wa29uTlZVJDqNGAeQORoP6Y8Fa5absx3mKq+3slhnOu/dmhcXwDXCWW39NSEClxJ/a5EYHjq3gbgGa0/shtDpoQQdjIMjkfKsv8ASEscRaH7TIwuLkW4U7wCshzAr9kP60mHw727jEOWR+8wbKCHECVCqBBG/ioPM1JxrEMLZuBAzp3kkTB9kn3An41yaHDtFUCmP3QBeBewnLLU2Nk2Ww0k6Z9PfRO4JiC1kZmJdSyvO6sCe6epAjXnoedR2M6Yl37N3Drbysis5TLIKlVBYAk5pAgyZ2FVPAsULjoXxZDse9bIVFJ2iYAPLWtlwbAK93E27j3A9p1Cqlx7cIUUrc7pGbMc/eMgZY5Guuf+Ocys5r+tnN10xNbIkWIERb0WPEjACM9Lg+8E75IrE3Oxw1zFdkWdFL5Lk29AdZ0JXSTqJqXDcbQvZVEC57j2byEZXtXBba4oYDTXI2uoYFSDFM4Pe7bBOt98yk37PakAdogd7avA0JKgagQdxoaouI8Sss9plt3nuYVlQ3lCrmNoCQyZs1xdZ0BjMYOpl5jGUhDRCVLnPMlaTivAxexNu409n2N21cUXLiFszW2T2CMwEOIP3qM4baazZRL1xWK9wPouYTCSNAGiAY0nashj/pFea0LtppU69O71AGvrQmLX61aDCJ3XckHmJJ/WlX4jAA9xhsxOcHnH532RG8O4rU8dwy2Ua9ZJS+bgNsSxW7cuZUCOkwVaFmNVgsNQZl+i8LaNllZb1sntg32nclmuBoh0ckkEeUAggZLhGKa4sGM9sgGZnmAZnferW1xC8mzNHnmHoay+s2nUNN0SOfeYuoeHeFccU4Zu6b8x1qoFWGE+kIOlxdPvLy81OoqHiNoAh0IKNsRXO4yi2MbeqPQef2u6IamlaTNSzXLlNYUkV1LXVmFWFRMajL01rlRzNXmjAQpvrGXUankOXmfAVEjZm1JJOpPM/IeFDC5oXO2/uHsih+E4nNck89K6tOn4bcDc90k44yXHJXSgDahBw/vu63XXtCGZVyQSFCzqpOwHpRdwQYp1uuaZBM5pwwRZV3HSwsXGScyLnEGCcnej3xHvoTBsT2ivKXrwJRgSVK5TkFttPZG67zLbGavLiikSBoOVbxQyFiPNKyLYy4tmw9ySC1lxc5iSFdLkcwGaG2Mawd9DdvZAWAkgEwI7xA210qV0AEAADoBp12qu4kkpPRvzBolKoTUAba/15W+PZB4x3g8M+qRiwiYyyzvfT6QieAcdfD23Z7ZmHv3WJTcLPdAYkgBVUA7ACrP6L3blkW7dxbnZX1XKzsr5b2Sbi91myo8MwzbNmH2gKzWFuQ2qGDvJza+GlXScafDlbkzZB/bLA9g6dovOUMSOhboK69GtJgrmsDn08ZHw4T/9Bs+sJn01wRW3dy/dLgeKd+PIxHvql4S4F1xb7NldA47LREK6BSNQGbNMyNF20mtUztdGIuFsyC8yWugW2io0ebi4aEw6yyr41zuLpmnUwNydl1j8D5C6XDvxsxHMfafyqq/wDE4m3D4fD2FnM19nBKqN9uXWfhWp40+Es4a0btu3iciW0tFlRy+bKikMZADGNZgzTfpNiQMEy2oc3GSyADprdVLkkTELnnpFZC/beLlq4P2TS9soTFtg2bKCdQFaGXSNxEKK7VWvgphlgBoJtvEkn5XPaw1HF2ZKurvEbrmbmRRAyhGLR4AFQAPGPnVXazi7e7Ps2DsjElzKtkAOZQpJ0CncUDg2uF8z3M3+2J+P4AURxC1cE3bKy5Q22XQZgQch15oxnyLeFcWvVc52GbHu/cb2ldOlSa1uKLju3fpdWXArCiygU51IJzRGbMxZjHIEk6dKYnCriMexuBVb7LCY8qP4baFtEQbKqr6ACiH0NCo13sLi0yDmCAQbyCQRE69UQtgAFBcPwHZZtczMZZjz93vNFsamuCoHoVd7qlQueZPf2sArbZMdAddj1FQ2sQVmNVO45N4jowog6KW8KocFie+UJ328DyNOcMXBnmuD9EvVaC7y5q7Nzpsdq5XoK20Er11HgftD86lDUjWo+G+BkmaT8bZRWalobPS0FEhQ5qjdu63kfjpT8SuU0OjyCOoNMUR5weaxVnCRyTcUYteZH4UHw3SrHJmtEdKBtLFdNwukWmy02FuC6sbMKYwKmCIqltXyDIOoq7wnFEcZbg161dXhhXEgw74KyysaRg3H0Ud19NKh7WjsXgtijAg/DSR+FVdzMpEgqYkiNq5r6FSlZ4j6JvxqZEgqR2kTUT2wUZSYn+1PLjKM3P8AWlcqidTPhpV0aeqquQ9mA5EKvfCgbQY0iNfxoywDoI9eem3jNPK6GNNY6c9akKSBJjeSOXj+dOjMFJUaNOnLWgCftlzRHAcbZNt8JbGUWRIWIENqYPOCRPTMKqH4ezY1Gtko5tNluASAbbqQrj7SsHMiQe7IIIqDB4C5HaZ8t1bjXFGhTvMQymBJBAynXTQ8hWiw14rnM6gH3T8qdIBc1+0oTjhLmDWFU4TE3CbyuvZ/tXZQDKwyqzlW+0C+eDE6iRIqPillypyEBuUiRpyPhykUOvEv2rW3AUI/Zq+pXNlBQN92S2h2JEb7l8Mul7KXH3ZUzDox0b4/hS/ECXSi0nQ1VfBpdnYyAO6FMaFfaJ95jyAPOrpUpq4VUkqIlszRz7uWdfIelOgEAltp6daTrMDrhN0nkKYXQNJFPF89aAa2xJiPaB3OkDmsUfhsLcZoAMRvHlz99LhhmG3PJGdESbKbPUlmwW12HM1P9WS2JuMCelVfEOLFu6mi07Q4At81a3LVK1eKB8tP3ScUxIPdXYVnv9SaNd50qOzZzMKO67lhtmo+6e+p8R/VpT5pl898eGvptUPa60nxYnD6fhMcPqippKTsqWkE3BTuIHSq7CWrhOiN6GvQ1w6DZR6U+QNorrs4JjRBcT6CPqkH8bOTfcrDJKNlYQDyPjyqLG4fLqNq1XGeHi6untDbx8Kz1u5H7O4PD9fKjEad/wB7oAM3Cqpp+aisZgYEjUeFVuatgQskyrHDcQuJsdKt+H8ZDDK6AwNyOVZcXqZdubHSADIOg5a+6PjTDXmIS7qYLp70Wo7SxdCKUCtqRrCrAg8yTuenuqJeH6XHV+8kAqSTJjSDznTlNUiYsNz1HiQR+dSYfGkqwHdJMbyZETJ58x5UPw2E3aI7+6YxgU4E4v5+mG0RnfJWpsOFkqVgkHpPP/vxqNnAU5jAOnXfT86ht8Vkdi7CGZTlA0A3y7RqVPKjXwy3RkB1jcmM3pz2160N9IAQ0995ITR58Z/jv0jITkIEVwsAbEwJOgDLm381PvNLhrykXW5L8jNPwmHclhBOUKeuisZ896jtYFrZvW3gywG8yCqwDpvEdaxTqADDN/6P0KI+mC4GMlBhcHbZXJJIcIrK0Edzf3ySDqdhXWEFsNaQwlsAgN3tSSxkkydafwxTfllXKC0kkAaMdGjmI0n92OVHHEWbRKsiOwg5yF0B0B121B9K2yiSJcVTa4bULcMjQ98tpUVnAXrnfVYzpOux5R4ciKLw3DLSyLl2QYgLO/MTHXxqv4hxq4WGUyBJI67AAeO59wob/EQZAMxod6bpsokQ7l30CriOM4gtDWj42yvPSdNlf3Ltm3qssZBMxsBEaAUDe47ciAY1j+3lFZ25irhbwDTOmo0EfGZ8KnN6steGiGgBLOpOc/EXHv8ANuyiLuIZjLGmM1D9rTrKljA1oLjKaaIUq+FWNi2EXMd+VLZwqoMz+lSYbDtfeBoo3P6/DnQSNO+/oiB030QwsuQXCkzpoNqDtKwbvKR5g16DhrYRQqjQVKVB3APurLuHY+5JB6R31W6fEllgB7rJWyIFdWr+rJ90elLS3/54/wB/j+Uf9eP9flPJH3qbm6T6fOgzxEn2UHoxpHF9hIUAecH0nSuuGAZLlYlLdfwPw+dUnFrStuNesj51LiMPdGpeP5z+VUvErt0f6hPub5VVQSLrTDeyfbusmntL6/8Adddw1q5qND+vSs3jcTckHMS3KAZ/Cn2OJ3kP7ay4/fSCfeo391L4XN/b33y+UeWn9yNxXDHXbUdRVbdB1B56Qa0OD4hmGZWkdQDI/iQ6g+6pbgRx3lBHVfkasVW/5W+nfRQsdpf699VlbJymSSc0LJ6CfmfWo8TiyNjOusDb3Ve3+Cq0m0084+YOo99Z/E4B7KkMunIgSPCR8q2QhNpy8vE5CRbSc7TqclJgGz5naSUEwNC0NI08N6lTjxUiVIBOnpyJ32rPNedYdSQeRB20ncUztL17X9pcI3J5e8nSshhxScutumWd5P8ARXVqbaY0I1tBvvMi1o1zXoHBvpEoIvODCW1AVY9pmjmRoDJPWOdWHF8SXAuWoBZlLNIymU0bVTlE5Sd6x/0KJzXMykwRDb5WE6HpoTrt8K0GMVmZ7JSbTaQojdVYHNsO9mG+5Gm5oRpM8bGc8ukbWGpP4N1QJw2VTc45ltgAgDMcwUwW0Okg8iZ35HrVVi+L5tSJlTzPLYGNxrVdxZst11OYFSdCQSNOZGhPlQaOTt1/OnHsDTAMj3+bdUMOKv8AtyWDz0/P8j8Kkuu0ypMmJ2iPPkeVA4IwIJmZhdzofy61oMFwm5ciBlHjvVBowzN9uu2vryIRIBbKHFw+VT2bTNsCfwq1scNtJ7RzN0GvryHvIo43wuigL4DVv1+poLntGsqmtcch1QGG4Sd3MDp+t6OV0t6Ist+uXKqzH8VC6HMW+5bBZve2y+81U38biG1No27fgZJ8zvWZe7Kw71z9vdahrc797LSrbLmXPukfnvWiwMBQANPMfOsLgcTcgAMQPI/KtHgu1IjtfdD/APGiU2gFDqEnNai0/n8PnUmYeI9xqow2Gvbgz72/MUX215IzJPjBI+B0oxbKECjpH3q6gv8AEf3B/V8qSq8MKYj3/Sp2xrn/AFLh/wBxH51Gbh/ePmxrjPUD0/Oln974/KkoTkpMx+78T8q7tD0/qPypNPvH+qlkdT/VVR32VJS9oeh/mPyqN1U7r8B/3Ukj7x/qrgf3vw+U1air73CbTHMpKN1Ulfx0NMODuprIcfeHcb09lvUVZkHmB8R86aAOUr+vT1qSoq6fvAgjmAQw9248xSvcJHfHaL1EZh+TeWh86sGH3hI6j9R+FQPheaHz/uKyJbdq0Yd+5ZXiXAwQ13DkMJ7yjTXoRyb0PnVFbCqLgYSGA0Kq0MGESrb8/SthjMIWJa0Ql0aMPsv4MN/fuOVV9zDi6GlctwaMp3Hv5zuDzHiDTDXhwg9+nJK8RQD2lrsjHwZ9NNkJ9E7AezfZSU7+hKqIBQZu6pyxB25QDyrVYnEQts2wGViBp0ykiOXLYx00qk+i2CixdtnZrpB8iqA1oRZVFIUQCZiep19Tr5k1h2fX7BEY3C0DYLy7jmZ8U5IgtlYiCIJRZ0Oo1neieGYBn7qLJOhJGw2JNWr8NdsW5uGTCyxjkBG2m2tWVuyxPZ2BlAMvc+55dX89F89KKXgNWA0lyI4Zwy1h9D37u5URIn7zHb9aVZu7HRjA+4kjTx5n36eFQ8PwwHdt8vaY6knr5+etWKYdV8T+t6Xc9zvTvNMBobzKBGY6IpjosD1Y6DyE0v8AhjsP2lzIp+ymk+bnU+gqyM8yFH69/pSADoT56f3rIEKEyhcPw+yg0WfU/jpRSkDZfwH4VJB8B+vGkn970/sK0qXdoeh/mPyppY/d+J+VLI+8f6qSR1P9VSFJSZj930Y/Kni+w2LjyY/2pun3j/VST+9+H5iqhSVN9fuf+y7/ADf/AKrqjg/qK6rv3KqVEP4T8B+dOH8I9f7Virv0vxB9lbaf7Sx+Jj4UHd+kOLb/AFiP4Qi/gBRfCKxjC9DCtyC+hP507s36D+U/8q8vucRxDb3rp/8Akb51Eb93m7nzZvnWvC5qY+S9V7N/uj0I/Omkfu+h/tXlYxF0bXHHk7D8DRuG+kGKTa858H7/AP8AYGqNLmqx8l6MIHMr56fHb404seevjWSwP00O160D+9b0P8p0PqK0eBxdu8uay4IG42I/iXl5/GsOYRmthwOSKA+6fd8x+dN+B/X6iuHof1tS76Hf8f70NWh8Vhhc3lXHssu/68DpVLc4iLd1beIAt3IhLm1u71AP2Tt3SfInSr9hOh35H9c6E4rw23irTWbo32PMEbMPEVIlaBOihwtnKCOt0H1C0XiPZb3fjWe+iGEu2bT2LzEtavDKSSRkIXKRP2ZDfGtFiB3WHl+IrWo9VjRV+NdLbPduOEXujMTEd0D15CoeGE4hQVU2sPrE6NcHIj7i7794zOnOtvcCOLx7PdJOHsZVCmYZwoJgdATqfCK1sToNFH69Kzt3H8rXLs97LragDKoyqPd/1Ui9F9fkKYNfAfrU06Z0G3XrUUS6DxP650pJ6x8P70xdfZ9fkKrOJ8esWCQSblzmqQSPBmOg8tT4VoNJyWZjNWcDkCfh/f4UoUnZR8T+QrEYz6Y320tqlseAzt6sI9AKqMRxbEv7V675Z2A9BpRBSO6yXheo9k/Qfyn/AJU0236D+U/8q8pF6599v5jTxibo2uOPJ2H51fhc1MfJeokHovxHzpp/h9D/AGrzm1xbFLtfue9yfxNF2fpPi1/1A38SIfwAPxqvCO6mMLc/7T/T866sf/8A2OI/9dr0f/lXVXhu5K8YT/8ACPCuPCfCtoMXh/uH9e6lN/Dc1P691df9MdktD9lhzwk9KaeE+FbrtcP900o+rn7Jqv0x2+FIfssEeE+FMPCj0rf5MOeTelO+q2D970HzqvAUl2y88PCvCnYfBvbcOhKsNiP18K3xwNnq3p/emXcCgEqpc9JCj11/Cs+B3BVSdkJgMX2iw4AcbxsfEdPyonfQ79ev96peK4/EYYdq2Dtm0p1K35aDpsUAO+1WdviNllzHMsAZgRmiSREjfUGk6vCunyDomG1LeZE76Hf9fGuAkx9vkOvjWR419NbKTbQNedTGsopA3lva18BWR4v9KcZiNM3ZqGLKLZgjwzzmIrI4a0uPtf5y+VXiHQL1bFXbSgF7iWyw0zGJC6mDtprvUDcUw7BYv2hmGaS4+zv+BrxG5hbjasSfMz+dM+oN+o+dF8Bg0Pv/AAsYnr35ApAyEFWBfMOY5nymaQQdBt1614VY7e37DuvLutGm/I1qsD9N8Qoy3kFwDKAQchXLzgGGJ8aweGbpI9e/steI7UL0yZ8AOdN38AOXz+VVHBvpLhsR7LuuUgZWTWSPDu6a86fxvji2QFt2jdZmFsAsEALGBJgyDrt8N6H+mqTcW3W/EEKLjmNuMDbtEhdmYbt4A8h+PlWbXhfhWxwdu+3+dhbaD9y9mPobf50evD7XPMPCB86ebw4AgIBc4mSFgxwo9KcOE+Fb4YGz1b0Hzrvq1gfe9BW/AVS7ZYMcJPSnf4SelbnLh+jUpbDj7JrX6c7fCkO2WHHCfCnf4R4Vte3w33T+vdSfWcP9w/r3Vf6Y7fCkP2WL/wAI8K6tp9bw/wBw/r3V1T9MdvhTC/8A1X//2Q==

Ao longo da minha vida muitas palavras me foram dirigidas. Mas há aquelas que me marcaram. Positivamente. Ficam aí algumas.
 
Do meu pai. "Só é livre quem não deve nada a ninguém. Quem não tem de andar sempre com o chapéu na mão".
 
Da minha mãe. "Quem é não precisa de parecer". "Olha aquela folha de trevo, aquela pereira; ah! aquela pêra. Que beleza!". "Queres saber? Andar e ler." "Neste mundo, não há alegria perfeita." Quando me escrevia, terminava assim: "Que o Divino Espírito Santo te ilumine!"
 
Do meu professor da escola primária. "Para a frente! Sempre para a frente, sem medo! Para trás m.ja a burra."
 
Da minha irmã. "Como é que a gente não enlouquece?!", disse-me, agarrada a mim, quando o caixão com o cadáver da nossa mãe desceu à terra.
 
De um grande amigo alemão, Anton Kaufmann. Muito jovem fora prisioneiro de guerra dos americanos e chegou a estar encostado à parede, como se fosse para ser fuzilado. Perguntei-lhe em que pensou naqueles instantes. "Pedi perdão a Deus e lembrei-me da minha mãe". Ele era uma força da natureza. Da última vez que o vi, estava num lar, alquebrado. "Adeus, Anselmo. A vida passa tão depressa...".
 
De outro grande amigo alemão, Anton Niklas, empresário de sucesso. "Eu trabalho, eu invisto como se tivesse de viver sempre aqui, neste mundo. Mas estou preparado para morrer a qualquer momento".
 
De um jovem drogado, que arrumava carros e a quem eu, pela manhã, dera uma moeda. De regresso, à noite, pergunto-lhe: "Então, o seu dia, senhor João?!" E ele, sem caber nele de alegria: "O quê?
 
Ainda se lembra do meu nome? Nunca mais precisa de me dar nada. Ai do filho da p.ta que tente estragar-lhe o carro!"
 
Do teólogo Karl Rahner. Ele ia ao aniversário de um sobrinho pequenito e tinha arranjado uma garrafa com uma moeda de um marco dentro: "Está a ver a alegria e a curiosidade do miúdo, a perguntar como é que a moeda entrou lá dentro?!" Também: "Já alguma vez um padre ou alguém com responsabilidades especiais se confessou a si do pecado da ignorância culpada, pecado que pode ser grave e até mortal?"
 
De uma jovem que casei, feliz, três filhos, ainda pequenos, Francisca Espregueira Mendes. "Vivo como gostaria de ser recordada depois da morte. Gostava que me lembrassem como luz, acolhedora, leve e gentil."
 
Do médico José Madureira. "Quando vi o meu neto recém-nascido, ajoelhei-me. O milagre da vida!"
De Eduardo Lourenço. "Todas as pessoas rezam."
 
Do teólogo Edward Schillebeeckx. "Deus não é uma necessidade. Deus é gratuito. Como uma rosa que se dá a uma amiga."
 
Do historiador Pierre Chaunu. "Há três palavras que não existem em mais nenhuma língua e em mais nenhuma cultura. Bereshit Bara Elohim, as três primeiras palavras da Bíblia (No princípio criou Deus). Repare, isto é fabuloso: há uma relação com o Deus criador, que é fonte de todas as coisas; Ele está imerso no mundo, mas não se confunde com o mundo. Em última análise, isso permite a História, porque dá a autonomia à criatura e, por outro lado, dá o sentido. É evidente que nenhuma sociedade pode viver sem o sentido. Aliás, nós neste momento afundamo-nos, morremos, precisamente pela falta de sentido. Quando se perde o sentido, morre-se colectiva e individualmente. Dito de outro modo, uma sociedade não pode viver, se não tiver qualquer coisa a dizer a respeito da morte, que é própria do fenómeno humano. Uma sociedade não pode viver, se não tiver nada a dizer sobre o sentido global da existência, da História." "O cristianismo é Bereshit Bara Elohim, é o Deus transcendente que encarna em Jesus Cristo e que conduz, através da morte, o tempo em que estamos para a Eternidade."
 
Do teólogo M. Flick, meu professor na Universidade Gregoriana, 1968-1969. Conversei bastante com ele, perguntando-lhe uma vez porque é que não ia tão longe nas aulas como quando falava comigo. Como resposta, levou-me ao terraço, apontou para a Cúpula de São Pedro: "O que é aquilo além?". "São Pedro", respondi. "Nâo se esqueça: do Vaticano vê-se a Gregoriana!"
 
De Jean-Marie Domenach, Director da revista "Esprit". "A partir do momento em que uma doutrina se confunde com o Poder, a partir do momento em que uma religião se confunde com o Poder, temos fatalmente fenómenos de clericalismo, fenómenos de terror, quer se trate da Inquisição ou do estalinismo. É necessário que aquele que crê deter a verdade não possua ao mesmo tempo todos os poderes do Estado. Os sábios (savants) e os padres não podem ter ao mesmo tempo a polícia à sua disposição." Mais: "O clericalismo, digo-o, tenho-o dito e repetido, é uma coisa odiosa."
 
Do filósofo Maurice Clavel. "No fundo, tudo está aqui: todo o pensamento totalizante é forçosamente totalitário." Sobre a sua conversão ao cristianismo: "Repare, eu fui convertido, eu não me converti. Fui convertido, na passiva. Nós somos apanhados por dentro."
 
Do filósofo Jean Guitton. "O problema que eu me pus não foi tanto o do tempo bergsoniano - a duração -, mas antes, uma vez que sempre estive animado pela fé cristã, católica, o problema da relação do tempo com a eternidade, com o que está para lá do tempo, embora sempre presente no tempo: a eternidade, o mistério do tempo enquanto a eternidade habita já no tempo. Visando mostrar que no interior do tempo que passa há um elemento intemporal que não passa." "Com a bomba atómica, a Humanidade tomou consciência de que é mortal, não apenas os indivíduos."

Anselmo Borges no Diário de Notícias 

*Padre e professor de Filosofia.
Escreve de acordo com a antiga ortografia
Fonte:  https://www.dn.pt/opiniao/palavras-para-mim-1-14627606.html

sexta-feira, 25 de fevereiro de 2022

Bastidores de um aborto clandestino

Tatiana Salem Levy*

 — Foto: Cris Bierrenbach

— Foto: Cris Bierrenbach

“(Pode ser que um texto como este provoque irritação, ou repulsa, ou seja considerado de mau gosto. Ter vivido uma coisa, qualquer que seja, dá o direito imprescritível de escrevê-la. Não existe verdade inferior. E, se eu não relatar essa experiência até o fim, contribuirei para obscurecer a realidade das mulheres e me acomodando do lado da dominação masculina do mundo.)

Este é um dos muitos parênteses que pontuam “O acontecimento” (trad. Isadora de Araújo Pontes), mais uma narrativa desconcertante de Annie Ernaux, que a Fósforo acaba de lançar, depois de “O lugar” e “Os anos”. Tal como nestes últimos, Ernaux transforma aqui a sua experiência individual em literatura, e a literatura autobiográfica em palavra coletiva, política. “O acontecimento” trata de uma experiência não apenas íntima, mas também clandestina: um aborto feito pela autora em 1963, quando essa prática era proibida na França.

Fazia pouco tempo, Ernaux tinha acabado de atravessar uma fronteira aparentemente intransponível: a social. Era a primeira de sua família a frequentar a universidade. Tinha deixado a pacata vida de Yvetot, um vilarejo na Normandia, para estudar Letras em Rouen. Não iria repetir a vida de seus pais. Mas então, num “mês ensolarado e ameno” de outubro, ela se descobriu grávida. Ter um filho aos 23 anos, ainda na faculdade, de um namorado recente, era, para aquela mulher, o retorno ao seu lugar de partida, a repetição do modelo de sua classe social, a impossibilidade de seguir adiante com o plano de ser dona da própria vida.

Ser dona da própria vida significa, em primeiro lugar, ser dona do próprio corpo - nem que para isso seja preciso agir contra as leis, contra um Estado que queria se apropriar do corpo da mulher, ter a última palavra sobre ele. Fazer um aborto clandestinamente é se sentir “abandonada pelo mundo”, colocar-se entre a vida e a morte, correr riscos muito grandes e ainda ter que enfrentar o olhar de julgamento do médico que a socorre quando uma hemorragia a obriga a pedir socorro. “Com a entrada em cena do médico, começa a segunda parte da noite. De experiência pura da vida e da morte, ela se tornou exposição e julgamento”, narra Annie Ernaux. Então, antes de exercer o seu ofício, ele dispara: “‘Olhe para mim! Jure que nunca fará isso! Nunca!’ Por causa de seus olhos loucos, acreditei que fosse capaz de me deixar morrer se eu não jurasse”.

Annie Ernaux queria, em 1963, poder fazer o que todas as mulheres na França podem fazer desde 1974, quando a então ministra da Justiça, Simone Veil, legalizou o aborto: decidir sobre o próprio corpo; abortar em condições de higiene e segurança. Um aborto nunca é uma decisão fácil. Que ele tenha que ser feito de forma clandestina, nas piores condições, sob o medo da morte, sem acolhimento, sob repreensão e julgamento do olhar alheio, torna-o não apenas uma experiência difícil, mas um trauma que, 36 anos depois, Annie Ernaux não conseguiu esquecer.

É em 1999 que ela escreve “O acontecimento”, a partir de uma agenda e um diário íntimo mantidos durante aqueles meses, que “vão me trazer as referências e as provas necessárias ao estabelecimento dos fatos. Vou me esforçar, acima de tudo, para me aprofundar em cada imagem, até que tenha a sensação física de ‘alcançá-la’, e que surjam algumas palavras sobre as quais eu possa dizer ‘é isso’”. Anos depois do acontecimento, Annie sente que precisa eliminar a única culpa que ainda sentia: a de não ter feito nada com ele.

A certa altura, ela afirma ter a sensação de que as coisas lhe acontecem para que possa escrever sobre os acontecimentos, e assim torná-los dos outros. São dois, os acontecimentos deste livro: o aborto, que faz nascer uma nova Annie (“Durante anos, a noite do dia 20 ao 21 de janeiro foi um aniversário”), e a própria escrita, que faz nascer um novo corpo. Um corpo que não é só dela, mas de todas e todos que a leem. Impossível sair da leitura desse livro sem sentir uma transformação física.

Sobretudo, se você for mulher. Nunca na vida eu tinha lido uma descrição tão crua de um aborto. De um aborto desejado e clandestino, que é muito diferente de um aborto indesejado ou de um aborto realizado numa clínica. “Não existe verdade inferior”, diz Annie. E quanta verdade há no que ela escreve. Uma das epígrafes do livro, emprestada de Yuko Tsushima, diz: “Talvez a memória não seja mais do que olhar as coisas até o limite”. Poucos escritores olham as coisas até o limite com a verdade e a crueza de Annie Ernaux. Corte preciso e afiado, sua escrita nos deixa diante do feto morto com um grande espanto: “Choramos silenciosamente. É uma cena sem nome, a vida e a morte ao mesmo tempo. Uma cena de sacrifício”.

Para além da moral, do interdito e da lei, Annie narra “uma experiência vivida de um extremo a outro pelo corpo”. Faz algo que os romances até então não faziam: fornece detalhes a respeito de um aborto clandestino. Nos seus diários da época, ela observa que não encontrava na literatura nada que a amparasse, nenhuma descrição na qual pudesse se reconhecer: “Entre o momento em que a moça descobria estar grávida e aquele em que não estava mais, havia uma elipse”.

Annie preenche esse hiato, com uma narrativa que, ao dizer as coisas, mostra como elas são; ao mostrá-las, torna-as um acontecimento; e, por fim, ao torná-las um acontecimento, expande-as do subjetivo para o social, fazendo uma ligação entre o privado e a política. O Estado que proíbe o aborto interfere diretamente no corpo das mulheres, no corpo daquela mulher específica, Annie Ernaux, levando-a muito perto da morte. Mas o movimento também funciona ao revés: ao visitar a “fazedora de anjos”, o corpo de Annie Ernaux burla a lei, toma uma decisão contra o Estado, sobrevive a ele e grita: Quem é dona do meu corpo sou eu. Não importa que ainda demore uma década para ser ouvida.

Quando as mudanças acontecem é porque há muitas vozes clamando por elas. Em outro parêntese da narrativa, Annie Ernaux afirma: “(Se eu tivesse de representar por um único quadro esse acontecimento da minha vida, pintaria uma mesa pequena encostada na parede, coberta de fórmica, com uma bacia esmaltada onde flutua uma sonda vermelha. Ligeiramente à direita, uma escova de cabelo. Não creio que exista um Ateliê da fazedora de anjos em nenhum museu do mundo.)” Um ano antes, bem perto dela, a pintora portuguesa Paula Rego havia feito uma série de dez pastéis de abortos clandestinos, logo após o referendo sobre a despenalização do aborto em Portugal.

São imagens fortíssimas (vale uma busca na internet) de mulheres que se contorcem em camas, bancos, no chão, com bacias ao lado, em pequenos quartos de “fazedoras de anjos”. Depois dessa série, Paula Rego fez ainda uma série de águas-fortes sobre o tema, como forma de contestar o alto índice de abstenção durante o referendo de 1998. Ela contava das mulheres pobres que lhe pediam dinheiro para abortar na época que vivia na Ericeira, em Portugal, e de outras, que vagueavam na praia com as entranhas de fora.

Histórias que não apareciam nos romances começavam a ser narradas. Imagens que não figuravam nos museus começavam a ser retratadas. Mais uma vez: “Não existe verdade inferior”. Ao sair de um médico que a ajuda, mas não a ajuda definitivamente, pois não quer correr o risco de ser preso, então apenas lhe receita penicilina, para diminuir os riscos de infecção após o aborto, Annie observa: “Não pronunciamos nenhuma vez a palavra aborto, nem ele nem eu. Era uma coisa que não tinha lugar na linguagem”.

É verdade, não tinha. Mas quando, naquele mês de outubro de 1963, Annie Duchesne decidiu rasgar o documento que anunciava o parto previsto para o dia 8 de julho de 1964, deu lugar ao nascimento de Annie Ernaux. E foi Ernaux quem cavou na linguagem um lugar para palavras como esta: aborto.

* Tatiana Salem Levy é escritora, doutora em letras e roteirista. Publicou os romances “A Chave de Casa” (Prêmio São Paulo de Literatura), “Dois Rios” e “Paraíso”

Fonte: https://valor.globo.com/eu-e/coluna/tatiana-salem-levy-bastidores-de-um-aborto-clandestino.ghtml  25/02/2022

Indústria cria trabalhadores alienados de si mesmos

José de Souza Martins

 — Foto: Carvall

 Lógica perversa do trabalho mecanicista da linha de produção aumenta a produtividade e os lucros e aniquila a humanidade da pessoa que trabalha

Neste tempo de celebração do centenário da Semana de Arte Moderna, um aspecto das revisões de interpretação de suas causas e de seus desdobramentos é o da relação entre o modernismo brasileiro e a indústria, que tinha sua já significativa importância em várias regiões do Brasil.

A Semana, porém, ofereceu ao público e à história uma concepção de si mesma que foi a do decantamento das formas artísticas que nela se expressaram. Era um modo de purificar a arte que ganhava visibilidade e desafiava costumes e valores.

E, assim, protegê-la de contaminações que atenuassem ou mesmo contrariassem a mensagem inovadora que continha. Ou, eventualmente, questionassem o ufanismo daquele corajoso e criativo atrevimento de um grupo minoritário de intelectuais, artistas plásticos, escritores, escultores, arquitetos, músicos e compositores. O novo, para ser reconhecido, precisa parecer novo.

Chegamos ao centenário do evento quase de olhos fechados para o protagonismo que em nosso modernismo tiveram artistas que não estavam no rol dos convidados para os seletivos saraus literários da nobreza da terra.

Há quase 30 anos, a Editora da Universidade de São Paulo e a Editora Hucitec publicaram, em coedição, um livro referencial sobre a diversidade social dos modernistas - “Operários da modernidade”, de Maria Cecília França Lourenço, arquiteta e docente da Faculdade de Arquitetura e Urbanismo da USP. É um livro sobre a diversidade da obra e dos protagonistas do modernismo brasileiro.

Defini-los como operários indica uma perspectiva para compreender o liame entre modernismo e modernidade. Nomes de destaque, como os do Grupo Santa Helena, vieram da classe operária e do trabalho que poderia ser definido como braçal, caso de Rebolo e Volpi.

Outros vinham dos bairros e do subúrbio operários. Portanto, da cultura fabril, da concepção de trabalho em que o trabalhador ainda era, em boa parte autor do conhecimento do processo de trabalho.

Quando as indústrias começaram a se desenvolver no Brasil, no final do século XIX, os censos e listagens da diferenciação da população juntavam o operariado numa só categoria: “artistas e operários”. “Artista” era o artesão. Dos artesãos, aqui no Brasil, saíram muitos artistas modernos - escultores e pintores.

Um dos aspectos mais interessantes e menos considerados do ato de trabalhar, na sociedade moderna, na indústria em particular, é o da sua dimensão artística, como modo de fazer, de pensar o trabalho e de conciliar trabalho e liberdade.

O surgimento e desenvolvimento da chamada grande indústria, que superou a manufatura ainda fundada no artesanato, criou o trabalho divorciado da criatividade do trabalhador. O trabalhador convertido em apêndice da máquina e da linha de produção.

Nesse processo, a indústria se apropriou do conhecimento profissional que era capital social dos artesãos, o trabalho artesanal fragmentado e reorganizado em etapas de um processo de trabalho não individual, grupal e, por fim, da linha de produção. A racionalização e a modernização do processo de produção separaram o trabalho da pessoa que trabalha. É a fonte de inspiração da obra genial de Charles Chaplin, “Tempos Modernos”.

Grandes industriais tiveram clara consciência dessa fratura e da alienação social dela decorrente. Um dos mais lúcidos foi Adriano Olivetti, do grupo italiano Olivetti. Homem de esquerda, com uma visão sociológica das mudanças sociais e dos problemas sociais que delas resultavam, tinha consciência de que o problema fundamental do capitalismo, estrutural, era a alienação do trabalhador, separado de si mesmo.

Combateu essa alienação por meio de uma espécie de engenharia social do trabalho, antialienadora. Criou na fábrica uma biblioteca, que podia ser frequentada pelos trabalhadores em qualquer hora. Tinham eles, assim, a possibilidade de interromper o trabalho, sentar-se na biblioteca e ler um livro, uma obra literária, um poema.

Isso implicou revolucionar o processo produtivo para escapar da lógica perversa do trabalho mecanicista da linha de produção, referência da ideologia do fordismo, que aumenta a produtividade e os lucros e aniquila a humanidade própria da pessoa que trabalha. Em graus variáveis e minoritários, essa fórmula tem sido adotada por diferentes empresários em diferentes lugares em alguns momentos do processo de trabalho.

Apesar de todo o desenvolvimento industrial, essa tensão persiste como referência de uma consciência social crítica. A de que a privação na produção capitalista é a privação de humanidade de quem trabalha. Para produzir coisas e lucros a indústria tem que produzir trabalhadores alienados de si mesmos. Integrar com justiça social o trabalhador na produção começa por combater a alienação de que decorre.

*José de Souza Martins é sociólogo. Professor Emérito da Faculdade de Filosofia da USP. Professor da Cátedra Simón Bolivar, da Universidade de Cambridge, e fellow de Trinity Hall (1993-94). Pesquisador Emérito do CNPq. Membro da Academia Paulista de Letras. Entre outros livros, é autor de Linchamentos - A justiça popular no Brasil (Contexto).

Fonte: https://valor.globo.com/eu-e/coluna/jose-de-souza-martins-industria-cria-trabalhadores-alienados-de-si-mesmos.ghtml

quarta-feira, 23 de fevereiro de 2022

A “dor é individual, subjetiva. Cada um tem a sua e não é reprodutível para os outros”

Sofia Esteves dos Santos

 VOCÊ SABIA QUE EXISTEM MAIS DE 300 TIPOS DE DOR DE CABEÇA? | Head & Neck

A dor crónica é uma doença silenciosa, grave e complexa, com grandes repercussões sociais e económicas, que se estima que afete um em cada três portugueses. Em entrevista ao Atlas da Saúde, Filipe Antunes, vice-presidente da APED - Associação Portuguesa Para o Estudo da Dor, sublinha a importância da comunicação entre o médico e o doente, sobretudo ao nível dos cuidados de saúde primários, para a sua correta identificação, prevenção e tratamento: “sendo os profissionais de saúde dos cuidados primários a porta de entrada no sistema de saúde, significa que deve ser aí a aposta na abordagem da dor”.

Em Portugal, a dor é o principal sintoma que leva o doente a procurar o médico e os cuidados de saúde, estimando-se aliás que mais de 30% dos indivíduos acompanhados em unidades de Cuidados de Saúde Primários vivem com dor crónica. Para entendermos a complexidade deste problema, como se caracteriza a dor crónica?

A Dor crónica é uma síndroma ou doença e não só um sintoma (na dor aguda). Resulta da experiência passada e caracteriza-se por todo um conjunto de sinais e sintomas que prevalece para além do tempo expectável de resolução desses sinais e sintomas. Estabelece-se e torna-se crónica ao longo do tempo, afetando o individuo em múltiplos aspetos da sua vida quotidiana.

Quais as principais causas ou fatores de risco associados à dor crónica? E neste sentido, quais as populações mais vulneráveis?

Desde logo e do ponto de vista físico, o envelhecimento e as suas implicações nos órgãos e estruturas do corpo humano; depois os hábitos de cada individuo, nomeadamente a alimentação o sedentarismo, mas também as condições sociais e económicas (acesso a cuidados de saúde preventivos ou as condições de trabalho em termos posturais ou de carga de trabalho). Do ponto de vista psicológico, a experiência de vida da pessoa ao longo do tempo, particularmente em termos de vivências emocionais e que moldam a sua personalidade (resiliência, depressão, otimismo, pessimismo...).

Como é feito o seu diagnóstico? De que forma é possível quantificar a dor, tendo em conta que é algo tão subjetivo?

O diagnostico é clínico e assente na história clínica. Isto é, no que cada individuo conta ou expressa. Depois confirma-se com o exame físico da pessoa e se mais for preciso, com os meios complementares de diagnóstico, que são ferramentas para isso mesmo, para complementar a hipótese de diagnostico que se equaciona no momento. Quantificar algo subjetivo é sempre difícil, mas importante para tentar perceber quão significativa é a dor para o individuo. Usam-se diferentes escalas métricas, sendo as mais frequentes a escala quantitativa, variando de 0 a 10 ou a qualitativa que varia entre estar sem dor e ter a dor máxima imaginável.

A dor pode ser prevenida? Quais os cuidados a ter?

Se tivermos hábitos de higiene corporal e de vida saudável nas suas diferentes dimensões (física, psicológica e social), a probabilidade de ter dor crónica é menor.

Tratando-se de uma entidade clínica complexa, em que consiste o seu tratamento?

Tratar é acima de tudo cuidar. Cuidar é estar atento e propor todas e quaisquer estratégias que atenuem ou eliminem a dor, quer sejam físicas (como o exercício físico), químicas (como os medicamentos) ou psicológicas (como a motivação, por exemplo). Não existe uma receita universal, mas apenas a grande máxima sempre presente, de que cada caso é um caso, pelo que o tratamento é sempre individualizado para cada pessoa.

De que forma pode a dor condicionar a vida do doente? Quais as repercussões sociais e económicas da dor?

Atualmente, é comum falar-se no conceito de dor total, dadas as repercussões que a dor crónica tem na pessoa. Pensamos nas repercussões físicas, psicológicas ou socioeconómicas. Se pensarmos que a dor nos faz recolher em nós próprios, no “nosso canto”, na nossa individualidade, percebemos facilmente que isso implica depois deixar de estar ativo profissionalmente e deixar de ter capacidade económica. Implicará mais isolamento, mais depressão e consequentemente mais dor. É um círculo vicioso, difícil de ultrapassar e que atinge o individuo na sua totalidade.

Na sua opinião, por que motivo continua a ser tão difícil entender e valorizar a dor? Qual o papel dos profissionais de saúde, sobretudo os profissionais associados aos cuidados de saúde primários, neste âmbito?

É difícil entender porque a dor é individual, subjetiva. Cada um tem a sua e não é reprodutível para os outros. Deve necessariamente ser valorizada para poder ser entendida e tentar ser ultrapassada. Isso significa necessariamente para o profissional de saúde estar atento, cuidar. Sendo os profissionais de saúde dos cuidados primários a porta de entrada no sistema de saúde, significa que deve ser aí a aposta na abordagem da dor. Travar a sua progressão ao longo do tempo. Evitar que a dor se torne crónica; evitar que seja necessário tratá-la, prevenindo-a.

Por fim, no âmbito desta temática, que mensagens chave devemos reter?

A dor crónica é uma doença com repercussões no individuo a todos os níveis. Como dizemos e bem, “mais vale prevenir, do que remediar”. Devemos cultivar um estilo de vida saudável, com exercício físico regular, evitar excessos alimentares e procurar estar bem connosco próprios. Será meio caminho andado para estarmos com os outros, com quem sociabilizamos e que nos deixem e façam felizes. Se o conseguirmos, vamos seguramente vencer a dor!

Fonte: https://www.atlasdasaude.pt/artigos/dor-e-individual-subjetiva-cada-um-tem-sua-e-nao-e-reprodutivel-para-os-outros