domingo, 28 de agosto de 2022

Guerras antiguas que explican las guerras actuales

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El prestigioso historiador británico Tom Holland (no el actor) llega con un nuevo libro donde lo antiguo y lo actual se cruzan.

La historiografía busca dar una versión lo más exacta y documentada posible de los hechos pasados, pero también de interpretarlos, en sus causas y en sus consecuencias, presentando las posturas de bandos y personajes en conflicto, sin que la toma de partido lleve a ocultar ni tergiversar evidencia. Fuego persa, del británico Tom Holland (1968), Premio Runciman 2006 de la Liga Anglohelénica, es un libro a la vez riguroso y ameno que analiza un momento crucial en la construcción del concepto de Occidente y la identidad europea: las Guerras Médicas que enfrentaron a una alianza de varias ciudades–Estado (“polis”) griegas con el poderosísimo Imperio Persa.

Cuestiones imperiales

A quien piense que sólo son interesantes los hechos actuales o la historia reciente, Holland lo noquea ya desde el prefacio. Plantea el caso de un profesor de historia que en 2001 propuso que en su colegio, en vez de estudiar el siglo XX, se estudiasen las Cruzadas. Fue ridiculizado. Pero tras los ataques a las Torres Gemelas, cuando Bin Laden se refería a las potencias occidentales como “los cruzados”, la vida le dio la razón: el pasado seguía presente. En el mismo sentido, estudiar las relaciones entre griegos y persas antes, durante y después de las Guerras Médicas puede ayudar a un mejor enfoque de las tensiones actuales entre Oriente y Occidente. Asimismo, el pantallazo que Holland da sobre cómo los persas construyeron un imperio y lo mantuvieron por más de dos siglos, y de cómo los griegos frustraron sus planes para expandirlo más todavía, ilustra muy bien el funcionamiento de los imperios hasta la actualidad.

Medos y griegos

Los montes Zagros, al oeste del actual Irán, con sus escarpados riscos y sus valles poblados de caballos, fueron el hogar de los medos. Estas tribus de hábiles jinetes y escaladores se unificaron hacia el primer cuarto del siglo VII a.C., y unos cincuenta años más tarde, al mando del Rey Ciaxares, en alianza con Babilonia, vencieron a los feroces asirios de quienes habían sido tributarios.

En su expansión, los medos pusieron bajo tributo al pueblo persa, tan ario como sus dominadores. En el 559 a.C., Ciro II, “el Grande”, Rey de Persia, derrocó a Astiages, de Rey de Media: los medos pasaron a ser un pueblo sometido. El idioma y las creencias religiosas similares, como también la inteligencia de Ciro, que sabía ser magnánimo cuando le convenía, ayudaron a que los medos se viesen como socios de los persas. Por eso, para los griegos, la palabra medos los denominaba de modo indistinto.

El autor explica con claridad cómo los persas pudieron crear y consolidar un Imperio que iba desde la India, hasta Egipto, el Egeo y las costas europeas del Mar Negro. Combinaron crueldad y concesiones, sobre todo a las creencias religiosas de los conquistados, imponiendo también pesados tributos pero a la vez garantizando la estabilidad para los negocios de las élites, en los reinados sucesivos de Ciro, Cambises y Darío. Les era inevitable chocar con los griegos, quienes pese a ser los menos, en batallas terrestres como Maratón, las Termópilas y Platea, o navales, como Salamina y Micala, vencieron a los persas en dos guerras, haciendo posible, entre otras cosas, que llegara hasta el presente esa forma de vida y gobierno llamada democracia. Holland centra su estudio del bando griego en las dos potencias principales, Esparta y Atenas, a las que dedica sendos capítulos, con los que el lector se hará idea de cuánto tenemos todavía de griegos los occidentales de hoy.

Gloria y miseria

Tras ser condenado al ostracismo — el exilio era un riesgo frecuente para los políticos notables de la Atenas democrática— Temístocles (525-460 a. C.), almirante ateniense en Salamina, terminó sus días en la corte persa como asesor en asuntos griegos. Era el ejemplo culminante de un problema endémico en el campo griego: las rencillas internas y la traición, no sólo entes las polis, algunas de las cuales, como Tebas, pelearon del lado persa, sino también entre facciones y líderes dentro de cada ciudad.

Holland se cuida de endiosar al bando griego y sus jefes —que el lector occidental tiende a ver como “los suyos” y “los buenos”— pero a la vez señala con claridad que el espionaje persa, sutil y habilísimo, sobreestimó el poder de las divisiones entre los helénicos y subestimó su principal baza estratégica: el coraje y compromiso de los ciudadanos en defensa de su patria y su cultura. Holland ayuda a comprender que Spengler, cuando escribió que a Occidente, en última instancia, siempre lo ha salvado un pelotón de soldados, se equivocaba: a Occidente lo han salvado una y otra vez los civiles, dispuestos a dar la vida por lo que les es sagrado.

Estilo

Holland tiene talento para describir batallas: es claro para exponer los movimientos de masas sobre el paisaje, y siempre elige con acierto cuándo enfocar los casos particulares de heroísmo, crueldad o cobardía. Construye un relato fluido y claro de los hechos, siempre ameno, pero también riguroso, al reconocer que, sobre hechos de hace dos milenios y medio, las fuentes dejan lagunas. Donde hay discrepancias, las notas dan las distintas posiciones, y el autor señala la que le parece más acertada, sin ocultar las demás. El texto gana belleza cuando le da cabida al mito y la leyenda, parte fundamental de la mentalidad de la época estudiada, pero Holland no da pie a que el lector confunda lo legendario con lo comprobado, o al menos verosímil. Es muy disfrutable la ironía con que trata las pequeñeces y contradicciones de los grandes hombres.

En suma, Fuego Persa, pese a un puñado de erratas, es una ayuda seria, didáctica y amena para entender un poco mejor quiénes somos nosotros, los occidentales, así como también la compleja convivencia entre pequeños Estados y grandes imperios.

FUEGO PERSA, El primer imperio mundial y la batalla por Occidente, de Tom Holland. Ático de los Libros, 2021. Barcelona, 496 págs. Traducción de Diana Hernández.

Fonte:  https://www.elpais.com.uy/cultural/guerras-antiguas-explican-guerras-actuales.html?utm_source=news-elpais&utm_medium=email&utm_term=Guerras%20antiguas%20que%20explican%20las%20guerras%20actuales&utm_content=28082022&utm_campaign=Cultural

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