Fotografía Juantxo Engaña
Daniel Innerarity (Bilbao, 1959) es uno de los pensadores imprescindibles a escala internacional, según la revista francesa ‘Le Nouvel Observateur’. Catedrático de filosofía política y social en la Universidad del País Vasco e investigador en Ikerbasque, dirige el Instituto de Gobernanza Democrática. A mediados de 2020, en su último libro, ‘Una teoría de la democracia compleja’ (Galaxia Gutenberg), se dirigía a quienes, en sus propias palabras, no creen en las respuestas simples pero tampoco quieren desesperar ante la complejidad de los problemas. Dos años más tarde, a través de ‘La sociedad del desconocimiento’ (Galaxia Gutenberg), el filósofo aborda ahora cómo enfrentarse al exceso de información que se ha multiplicado en este tiempo para evitar que la saturación de los datos dinamite nuestro pensamiento.
¿Cómo distinguir el conocimiento de la información basura o inútil?
Hemos de acostumbrarnos a vivir sin saber del todo si tenemos la suficiente información para tomar las decisiones que tomamos. Toda decisión es prematura. Solo los indecisos disfrutan del privilegio de decidir con toda la información necesaria.
Si, como dices, «los límites entre el saber y el no saber no son ni estables ni evidentes», ¿cómo reconocemos una buena decisión?
Una buena decisión no es aquella que ha sido precedida por razones abrumadoras, sino la que ha sido tomada ponderando las limitadas razones de las que disponemos.
«Los científicos dedican muy poco tiempo a explicarse bien»
¿Cuál es el conocimiento más valioso?
Pagaría lo que fuera por que alguien me dijera qué es lo que no necesito saber.
¿Cuándo conviene sospechar de una información?
Es tan sospechoso aquello que nos da la razón fácilmente como aquello que nos la confirma con igual facilidad.
El hecho de que haya tantas personas recelosas de la ciencia, de los resultados científicos, ¿a qué se debe?
La pregunta es: ¿tiene la ciencia alguna responsabilidad en este hecho? Los científicos dedican muy poco tiempo a explicarse bien, lo que incluye explicar especialmente los límites de lo que saben.
¿Cómo es posible que todavía existan terraplanistas y negacionistas de lo obvio?
Si el ser humano es capaz de cometer atrocidades en la práctica no veo por qué debería extrañarnos tanto que tenga dificultades con la evidencia.
Muchos aseguran que la ciencia se ha entronizado como la nueva religión de la posmodernidad, ¿hasta qué punto esto es así?
La ciencia es lo que más puede unir (religar) a los seres humanos, pero también tiene sus sectas y sus herejes.
No obstante, los avances de la ciencia son enormes y los que están por venir no nos dejarán indiferentes. Sin embargo, ¿hay que tener miedo a que esos avances se perviertan?
Si un avance se pervierte, no es un verdadero avance. Avanzar científicamente implica avanzar también en las otras dimensiones que acompañan a la ciencia, en su equilibrio con otras dimensiones de la existencia humana.
«El desconocimiento que conocemos no es tan difícil de gestionar como el desconocimiento que desconocemos»
Si la inteligencia de una sociedad se mide, como apuntas en el libro, «por la relación entre dicha inteligencia y el tipo de problemas que tiene que resolver», ¿cómo anda España, a grandes rasgos, de inteligencia?
Si lo medimos en términos económicos, insuficiente; en cuanto a la comprensión pública, limitada, y si pensamos en relación con la gravedad de los problemas de nuestra sociedad, distraída.
¿Todo tiene una explicación, aunque no la conozcamos?
El desconocimiento que conocemos no es tan difícil de gestionar como el desconocimiento que desconocemos. En determinados momentos, la complejidad de la situación consiste en que no sabemos lo que no sabemos, pero tampoco si entre lo que no sabemos se encuentra lo verdaderamente importante.
Entonces, ¿en qué momento un grado de incertidumbre se convierte en angustia?
La incertidumbre solo produce angustia cuando tenemos el presentimiento de que podríamos y deberíamos reducirla. El ignorante, en cambio, puede llevar una vida muy tranquila.
¿Cómo podría combatirse la desinformación que nos rodea y nos atropella?
Cultivando una desconfianza también frente a quienes se ofrecen a protegernos frente a ella.
¿Las instituciones pueden suplir el conocimiento que ofrece la experiencia misma, la vida?
No está el panorama como para poder prescindir de nada, de ninguna fuente de conocimiento, ni para limitar las opiniones.
«Los verdaderos valores siempre han vivido rodeados de la hipocresía y el cálculo utilitario»
Usted habla de la necesidad de una ética. Los valores han ido cambiando a lo largo de los siglos, ¿a cuáles no podemos renunciar?
Más que renunciar a unos valores o a otros, hay que ponerlos a prueba y los que valgan poco renunciarán ellos solos.
Hablamos de ética, pero entra tantas veces en colisión con la economía o la política. Por ejemplo, ¿es ético mantener los campos de refugiados? ¿Es ético acoger refugiados ucranianos con más celeridad que refugiados de otros lares? Cuándo la ética sucumbe ante otros poderes, ¿qué precio pagamos?
Los verdaderos valores no han gozado nunca de la popularidad, poder o apreciación que se merecían; han vivido rodeados de la hipocresía, el cálculo utilitario y el desprecio cínico.
El libro es un «modo excelente», «hasta ahora no superado». ¿No está amenazado por los medios digitales?
Lo único que amenaza al libro es aquel discurso que puede hacerse mejor en otros soportes distintos.
¿Entenderemos alguna vez que resolver los problemas no es cuestión de buscar culpables?
La ventaja de buscar culpables en vez de resolver los problemas es que exige menos esfuerzo intelectual y le deja a uno infinitamente más satisfecho
Fonte: https://ethic.es/2022/05/entrevista-2022-daniel-innerarity/
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