Maria Clara Bingemer RD
"Al clero joven le encantan los trapos de la liturgia. Impresionante y lamentable"
"La Iglesia en Brasil no tiene el ardor profético de antes porque el episcopado fue muy neutralizado"
En Brasil ya no puedes confiar ni en el Ejecutivo, ni en el Administrativo, ni en el Judicial. No hay instancia. No hay salida y no hay liderazgo; no veo quién pudiera candidatearse que tenga un liderarazgo positivo. No lo hay ni de un lado ni de otro
"Hay sed de espiritualidad, que se busca fuera
de las instituciones religiosas"
(José Manuel Vidal). La teóloga Maria Clara Bingemer
es profesora de Teología en la Pontificia Universidad Católica de Río
de Janeiro y decana del Centro de Teología y Ciencias Humanas de la
misma universidad. Acaba de pasar por Barcelona y Madrid, para presentar
su último libro, 'El misterio y el mundo'
(San Pablo). Como defensora de la interculturalidad no le parece buena
la secesión catalana, critica el ritualismo del clero joven y añora la
capacidad profética de antaño de la jerarquía brasileña.
También considera que la educación es la base para que los
seminaristas avancen en este sentido. Se queja de que todavía en muchos
lugares las teologías más influyentes de los últimos tiempos no se
enseñan; son ignoradas por el ala rancia del catolicismo. Pero es
optimista aunque le preocupa una marcha atrás. No deja de pensar en
tantos teólogos de la liberación que dieron su vida por el evangelio y por la Iglesia y que fueron castigados injustamente debido a su audacia.
¿Cuál es la tesis de tu libro?
Trato de demostrar que se puede sentir pasión por Dios en tiempos de
increencia. Que, en el mundo actual, sigue habiendo experiencias de Dios
y una profunda sed de espiritualidad. Porque la religión está en
crisis, pero, en contra de lo que sostenían los maestros de la sospecha,
no está muerta. Por eso, hoy, se encuentran místicas que no están en
los espacios religiosos sagrados.
¿Una mística desinstitucionalizada?
El cristiano del futuro cuestionará mucho a la Iglesia y hará su
propia síntesis. No cumplirá rituales ni todas las normas. De ahí que la
Iglsia, si quiere atraer a los jóvenes, por ejemplo, tiene que ofrecer
experiencias atractivas. Lo que el papa Francisco llama la cultura del
encuentro. Porque Cristo no es una idea o una historia que se sabe de
memoria.
¿Cómo despertar la pasión por Dios?
Desde la experiencia profunda o desde la contemplación del
sufrimiento ajeno. A partir de ahí, se descubre algo y se empieza a
desear. También desde la experiencia de la belleza. Taizé consigue
atraer a los jóvenes, porque trabaja con la estética más que con
liturgias largas, secas y aburridas.
Has estado en Barcelona. Desde tu perspectiva de teóloga de la
liberación, me imagino que universalista ¿cómo encajas el tema catalán?
Mi abuela era catalana.
¿Sí?
Catalanísima. En su casa en Brasil, casada con un italiano, solo se
hablaba catalán. Yo no, porque era una niña. Pero mi padre, si estaba su
mamá, hablaba catalán. Mi abuelo era de Monza: vino a Cataluña, la
conoció, se casaron y se marcharon a Brasil. Vivieron toda su vida en
Brasil y ella nunca volvió a Barcelona. Pero era totalmente catalana, y
Europa, para ella, era Barcelona. Es muy fuerte la cosa.
El sentimiento catalanista
Yo los escucho, tengo amigos catalanes y los quiero mucho. Pero no creo que sea una bandera buena.
¿La bandera de la independencia?
No. Claro que no. Yo creo después de tanta lucha por construir la
Europa unida, y el euro, es algo muy triste. Y los ingleses, los
primeros, con la cosa esa del Brexit, que ahora están viendo que no es
nada bueno para ellos. Los catalanes van por el mismo camino.
¿Llegaste a percibir cierto odio hacia los españoles?
Cataluña es pacífica. Pero me parece que para España va a ser muy malo.
Y que duele mucho. Es como un desgarro. Como si te estuviesen amputando un brazo, después de quinientos años juntos.
Además, los catalanes van a ser mucho más débiles. A la comunidad europea, por ejemplo, le interesa España, no Cataluña.
Un creyente, un cristiano, digamos, para esquematizar, de
izquierdas, progresista, un cristiano 'franciscano': ¿puede ser
nacionalista?
Yo creo que no. Pienso que cada vez menos, y sobre todo con el fin de
la geografía que estamos viviendo; la migración y la permeabilidad de
las fronteras de muchos países. Tenemos que ser cada vez más abiertos
universalmente, claro.
No olvidemos que el nazismo es un nacional socialismo que empieza por un nacionalismo. El nacionalismo nunca llevó a nada bueno.
¿Que puede hacer la Iglesia en esta situación?
El Papa intenta hablar algunas cosas en ese sentido. Pero él no
basta. Creo que tenía que haber también en los episcopados, en las
iglesias y las comunidades mismas, un testimonio y un hacer cosas
creativas. España ha hecho cosas bonitas, por ejemplo cuando hubo el
atentado de Barcelona: un señor que perdió a su hijo abrazó al imán.
Toda esa solidaridad que hubo en Barcelona y en Madrid también. Todas
esas cosas de no odiar, de no excluir...son urgentes. Yo creo que la
Iglesia debe estar en ese camino. Pero, lamentablemente, muchos miembros
de la Iglesia refuerzan los odios, las religiones, las diferencias. Y
en Estados Unidos ya ni hablemos, porque es el país “country”, eso es su
dios. Y justifican guerras y todo en su nombre.
En Europa está el peligro de los nacionalismos, porque la componen
muchos países con identidades muy fuertes, y con culturas también muy
fuertes y muy ricas, y que quieren su cultura para sí. Cuando, al
contrario de lo que creen, abriéndose no van a perder identidad, la van a
compartir con otros y van a enriquecer a otros.
El poliedro del que habla el Papa, la unidad en la diversidad, el mosaico.
La cultura del encuentro. Eso es enriquecedor, no empobrecedor. Yo creo que el nacionalismo es pésimo.
Háblame de la Iglesia brasileña. ¿Estáis recuperando el impulso profético de antaño en la jerarquía?
Un poquito. Por ejemplo, con esa barbaridad de lo que está pasando
con el gobierno Temer, la gente puso una nota bien fuerte contra la
corrupción. Y contra el golpe, reconociendo que fue dado un golpe contra
Dilma. Porque sacar así a una presidenta legítimamente elegida no tiene
otro nombre.
La Iglesia no tiene el ardor profético de antes, sobre todo porque el
episcopado fue muy neutralizado. Juan Pablo II tuvo veinte y seis años
para nombrar obispos y lo hizo muy, muy bien, para implementar su modelo
involutivo eclesial: A algunos los fue sacando, otros fueron muriendo y
él fue poniendo obispos de movimientos neoconservadores, sobre todo.
O sea, que la estrategia episcopal fue la misma en Brasil, si
entiendo bien, que en España: colocar gente segura y gris, sin grandes
personalidades.
El episcopado brasileño era muy grande, de cuatrocientos obispos.
Había un grupo progresista muy fuerte y, aunque no era mayoría, era el
que daba el tono. Era el que tenía los cargos y que, acompañado por la
mayoría moderada, dejaba aislados a los conservadores.
Después fueron creciendo los moderados tendiendo a conservadores, y
quedó un episcopado así, medio flojo. Con rarísimas excepciones. Yo vi
que en Aparecida quien se destacó fue don Celso, que ya estaba por
jubilarse porque era emérito.
Los jóvenes obispos son todos de movimientos neoconservadores. No son carismáticos, no tienen esa cosa profética de antes.
Ahora, de nuevo, el cardenal Rocha es bueno, es inteligente y está
bien formado. Pero no puede ser él solo; tiene que aumentar la masa
crítica dentro del episcopado.
Francisco está nombrando obispos de esta líena. Por ejemplo, el obispo auxiliar de Río.
Eso refleja, entonces, que la revolución que está poniendo en marcha Francisco no acaba de cuajar en Brasil.
Escribí hace poco, en un artículo, que cualquier estornudo de Juan
Pablo II era sagrado. Se los guardaban en urnas. Francisco tiene otro
estilo. A veces, los obispos hacen lo que quieren, y no siguen la línea
de Francisco, porque como da más libertad, no se sienten obligados a
seguirle.
¿Y con el clero joven os pasa igual que aquí, que es muy conservador?
Sí. ¡Le encantan los trapos de la liturgia! Impresionante y
lamentable. Yo tuve algunos alumnos, todos con clergyman y alzacuello.
En mis clases, recomendé dos libros de Carlos Mendoza Álvarez, el “Deus
Abscounditus y el Deus Ineffabilis”, que son obras de una mente muy
abierta, muy revolucionaria, incluso, en ciertas cosas. Y había un joven
cura, que era muy bueno y simpático, formado en Navarra, imagínate.
Tuve que presentar un capítulo donde Mendoza habla de discutir las
teologías de Andrés Torres Queiruga y Jon sobrino. Él citado cura empezó
diciendo: 'profesora, yo nunca había oído hablar de esas personas'.
Le contesté: esas “personas” son dos de los teólogos más destacados
hoy día. Una cosa es que la línea de la facultad no esté de acuerdo con
esas teologías, pero no puede ignorarlas.
Es muy difícil, entonces, tumbar el sistema, que está muy montado y las inercias siguen empujando en la dirección antigua.
Claro, porque a un obispo no se le puede destituir, a no ser que haya
una cosa muy grave, hasta que llegue a la edad de jubilarse. Se
necesita tiempo y Francisco no lo tiene. Juan Pablo II, en cambio, sí lo
tuvo: fue nombrado papa a los 58 años.
Por lo que todo esto va a depender del sucesor.
Sí. Por eso yo creo que es clave que él haga varios consistorios más.
Al menos dos, para nombrar más cardenales. Y poder tener un sucesor.
Tiene cuarenta y nueve nombrados. Puede superar los cincuenta y uno de Benedicto XVI en el próximo consistorio.
Pero aún así, es un margen un poco estrecho. Hay que tener un margen
de seguridad. No quiero ni pensar en una marcha atrás otra vez.
¿Francisco está 'resucitando' el Concilio?
Nos está haciendo descubrir que el Concilio estuvo exiliado durante los 30 años de invierno eclesial que hemos sufrido.
¿Puede haber marcha atrás?
No sé. Mira lo que pasó con Juan Pablo II después del Concilio: Juan
Pablo II dio marcha atrás. Acabó con la pastoral de América Latina.
Creía que las comunidades de base eran marxistas. Le echó la bronca a
Ernesto Cardenal. En la misa de Nicaragua Juan Pablo II gritaba como un
loco: ¡silencio! Porque las madres le pedían que rezara por los muertos
de la guerra. Ernesto, a los pocos meses, se enfermó de disgusto, cuando
vio eso. Pensó: el papa es un faraón.
¿La Teología de la Liberación vuelve por sus fueros?
Sí, después de pasar una crisis y después de hacer autocrítica de sus
errores, por ejemplo el tremendo error de haber anatematizado a la
clase media. La TL ensanchó su abanico y su foco. La TL sigue muy viva,
porque la pobreza no terminó.
¿Cómo está tu amigo, Leonardo Boff?
Dando conferencias en todo el mundo. En México, creo. Amerindia hizo
ahora una reunión bonita y él fue el conferenciante principal. Está
bien, aunque está mayor, claro.
Y eclesialmente, ¿está ilusionado con Francisco?
Sí. Está feliz, aunque muy deprimido con Brasil, porque él apostó
mucho por Lula. Frei Beto, que es un animal político, está callado.
Porque no se puede alabar a Lula y decir que es inocente y puro como un
ángel. Realmente el PT tuvo conquistas buenas, mucha gente salió de la
miseria, el mapa del hambre bajó, y ahora está volviendo. Ladrón por
ladrón, por lo menos era un ladrón que repartía.
Boff está amargado con eso. Formo parte de un grupo, el grupo de
Emaús, que se reúne dos veces al año. Boff no falta nunca a la reunión
de este grupo.
¿Dónde os reunís?
En Petrópolis. Quedamos la noche del
viernes hasta la tarde del domingo. Boff propuso: creo que estamos todos
mal psicológicamente y tenemos que tener un tiempo largo de reunión
para echar afuera las cosas. Hablar desde adentro, porque realmente es
muy difícil para gente como Boff, que apostó a fondo por Lula.
Se implicaron directamente.
Boff subía en el palenque de Pimentel,
del gobernador, para hacer campaña. Le apoyó hasta el final, y ahora, al
ver que todo se desató... Ayer mismo, Aécio Neves recibió el mandato de
senador ¡de vuelta! Después de que fue comprobada su corrupción: compró
a los senadores; preside y manda el Tribunal Supremo... Ya no puedes
confiar ni en el Ejecutivo, ni en el Administrativo, ni en el Judicial.
Parece que no hay salida.
No hay instancia. No hay salida y no
hay liderazgo; no veo quién pudiera candidatearse que tenga un
liderarazgo positivo. No lo hay ni de un lado ni de otro. Está
Alessandro Molon, que es un joven político muy bueno. Pero está verde,
no está preparado para una presidencia. Quien se postula es un 'loco'
llamado Bolsonaro, que quiere la vuelta de los militares. La dictadura
de la tortura. ¡Un loco total! Y mira que en las encuestas solo le
sobrepasa Lula. Lula, en todos los escenarios, gana. Pero yo creo que no
lo van a dejar.
¿Eso te preocupa?
No, yo creo que si él es condenado en segunda instancia, no puede presentarse.
¿Y en el PT no hay nadie que pudiera sustituirle?
Estaba Haddad, que fue prefecto de San
Pablo. Es un joven, muy inteligente y Lula debía haberlo puesto de
presidente en lugar de Dilma. Pero no le puso. Era bastante joven, había
sido ministro de Educación y prefecto de San Pablo.
¿Cuándo tenéis elecciones?
El año que viene. En octubre.
¿Es un poco más fácil ser mujer en la Iglesia de Francisco?
Nunca fue muy fácil ser mujer en la
Iglesia, y no lo sigue siendo. Con Francisco, la situación no ha
cambiaod mucho, pero se siente una mayor libertad. Entre otras cosas,
porque Francisco presenta una biografía en la que destaca el dato de que
siempre fue amigo de mujeres y no ve a la mujer como un peligro o como
un riesgo. Creo que Francisco es consciente de que la mujer es el
sustento de la Iglesia y que, si la mujer se va, la Iglesia se hunde.
Por eso, tienen que pasar ee ser subalternas e invisibles, a ser
visibles y dejar de ser percibida como una amenaza, sobre todo para el
clero.
¿Qué pasos podría dar la mujer en la Iglesia?
Tiene que ocupar espacios. Hay que crear hechos eclesiológicos. Si el
70% de los católicos no tiene acceso a la eucaristía dominical, lo
lógico es que la Iglesia llame a los curas casados y ordene mujeres
sacerdotes. Pero la Iglesia sigue teniendo un miedo loco a ordenar a las
mujeres.
¿Francisco está tardando en rehabilitar a los teólogos de la liberación, en una rehabilitación pública?
Ya lo hizo, un poco, con individuos. Y a los argentinos que él había puesto.
Sí, con monseñor Fernández.
Y con Rafael Tello. Nunca se había publicado nada sobre Tello. Pero tú decías que haría falta una cosa colectiva.
Yo creo que como la sanción fue
eclesialmente pública, debería haber una rehabilitación también, solemne
de alguna manera. Decir que estos señores no están fuera de la Iglesia.
Jon Sobrino.... Han sido tantos.
Y en España, igual. Todos los que han sufrido: Queiruga, Marciano Vidal... Todos los que están ahí, profundamente dañados.
Y como dijo Gutierrez en el encuentro
de Boston: “tomar en serio esa teología, a estos hombres les condujo al
martirio; hubo mártires”. Y mártires no son solo los que murieron, yo
creo que también los que perdieron la cátedra, que la perdieron todos
porque apostaron su vida. Eso no es chiste.
Fonte: http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2017/11/01/maria-clara-bingemer-no-olvidemos-que-el-racismo-es-un-nacional-socialismo-que-empieza-por-un-nacionalismo-eligion-iglesia-dios-jesus-papa-francisco-fe.shtml
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