Siete claves para ser más humanos en los tiempos de la inteligencia artificial: el arte de vivir según Asimov

Francesc Miralles

 

Siete claves para ser más humanos en los tiempos de la inteligencia artificial: el arte de vivir según Asimov

Hace unos meses se volvió a publicar en español la autobiografía póstuma yo asimov, del autor que anticipó muchas de las situaciones que vivimos hoy. Más allá de sus logros en el campo de la ciencia ficción y la divulgación, de la trayectoria de este visionario podemos extraer lecciones muy humanas para nuestro día a día, en un mundo que cada vez se parece más al de sus novelas.

La única manera de cambiar un destino adverso es rebelarse contra él. Isaac Asimov emigró de Rusia a Nueva York a la edad de tres años. Su condición de extranjero y judío, con padres que regentaban una dulcería sin hablar inglés, parecía condenarlo a trabajos serviles. Ridiculizado e ignorado por sus compañeros de clase, se dispuso a superarlos a todos. Cuando los demás jugaban, leía y se educaba sin cesar. Convertido en un ratón de biblioteca, logró ser el mejor alumno de su escuela.

No importa lo bueno que seas, los demás siempre te superarán.. Después del éxito escolar, en la secundaria ya no era el mejor, pero estaba entre los 10 alumnos más destacados. En la universidad fue pasando el curso, convirtiéndose en uno más. Esto le dio humildad, así como la capacidad de admirar y aprender de autores que consideraba mejores que él. Solo si sabes que te has superado a ti mismo, podrás superarte a ti mismo.

Perder enseña más que ganar. Asimov cuenta que solo una vez dejó de lado su aversión al juego para unirse a un juego de póquer con algunos amigos de la universidad, después de prometer que las apuestas serían muy bajas. Cuando le confesó a su padre lo que había hecho, le preguntó: “¿Cómo te fue?”, a lo que respondió: “Perdí 15 centavos”. Su padre, conociendo el poder adictivo del juego, declaró: “Gracias a Dios. ¡Imagínate si los hubieras ganado!”

Los amigos son tu tripulación para llegar a otros mundos. Tras una infancia y una adolescencia solitarias, su vida cambió radicalmente cuando se unió a los Futurians, un círculo de aficionados a la ciencia ficción, algunos de los cuales se convirtieron en escritores de renombre. Este grupo lo apoyó y empoderó para escribir y publicar sus primeros cuentos en revistas especializadas. A su vez, encontrar personas con ideas afines lo convirtió en un hombre extrovertido que, en sus propias palabras, cuando se le permitía dirigir la conversación, “no dejaba que nadie fuera tímido”. Se mantendría en contacto con estos amigos hasta su muerte en 1992.

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Ayuda a aquellos que tienen menos suerte o talento que tú. Después del estímulo inicial de aspirantes a escritores como él, Asimov era muy consciente de que sus logros lo habían colocado en una posición privilegiada. Por eso, cada vez que recibía cartas de amigos en dificultades les enviaba pequeñas sumas para que pudieran salir adelante. Además de tener buenos ingresos por sus obras -llegaría a publicar más de 500 libros-, Asimov atribuyó su buena salud económica a que no jugaba, fumaba ni bebía. En su opinión: “Si no tienes vicios, siempre habrá dinero en tu bolsillo”.

Una persona vale el uso que hace de su tiempo. Para ayudar a sus padres, Asimov había combinado sus estudios con largas horas de trabajo en el negocio familiar. Siendo un autor de renombre, siguió manteniendo ese horario durante toda su vida, tal como lo relata en su autobiografía: “Me despierto a las cinco de la mañana. Me pongo a trabajar tan pronto como puedo. Hago esto todos los días de la semana, incluidos los días festivos (…). En otras palabras, todavía estoy siempre en la tienda de dulces”. Como exprimía las horas para hacer las cosas que más le gustaban, para él no era sacrificio, sino “felicidad desbordante”.

No hay viaje más alegre que la lectura. El autor de Yo, Asimov dice: “Si quiero evocar paz, serenidad y placer, pienso en mí mismo durante esas perezosas tardes de verano, con la silla apoyada contra la pared, el libro en mi regazo y pasando las páginas suavemente”. ”. A pesar de todos los honores recibidos a lo largo de su vida, que le obligaron a viajar a menudo y conocer a grandes personalidades, siempre asoció “la felicidad tranquila y reposada” con el acto de leer. Quien nos hizo soñar con prodigiosas naves intergalácticas sabía que no hay vehículo más poderoso que un libro que cobra vida gracias a la mente humana.

humanos y robots

— El autor de Yo robot (1950) aplicó tres leyes de la robótica a sus trabajos sobre el tema. 1. Un robot no dañará a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño. 2. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, salvo aquellas que contravengan la primera ley. 3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley.
— ¿Qué habría pensado Asimov de la irrupción de ChatGPT y similares? En una historia, el autor afirma que una máquina no se vuelve contra su creador si está bien diseñada.
— Siempre positivo en todo lo relacionado con la tecnología, Asimov predijo una humanidad liberada de todo trabajo con máquinas sofisticadas como sirvientes, lo que conduciría a un nuevo Renacimiento.

Francesc Miralles Es escritor y periodista experto en psicología.

Fonte: https://news.eseuro.com/salud/2111945.html