domingo, 1 de agosto de 2021

El sentido y el objeto perdido

 Eduardo milán

Eduardo Milán

Hay preguntas difíciles para la noche en tiempos de pandemia.

Uno no escribe para ubicar un sentido. Agamben —otra vez— acierta. Uno escribe para dar con el objeto perdido. Pero —nada demanda en el poema como voces del coro griego, emanadas de un lapso entre letras, de un rapto posterior entre Sabinas de líneas— ese objeto ya no es el que era, o sea, el perdido. La característica de ese objeto parece ser la metamorfosis del sentido. Ahora —o sea hoy, no cuando uno va en busca del objeto, sin tiempo, perdido— ¿la metamorfosis del sentido no cambia al objeto que no sería ya el objeto del deseo sino el sin-objeto del sentido? Pregunta difícil para la noche en tiempo de pandemia al mismo tiempo en que los pájaros ganaron. Nada dio tanto vuelo ni tanto canto, nada dio tanta fragilidad en medio de la palma de una mano y el daño causado no lo iguala: unas cosechas, una siembra. Nadie discute sobre el triunfo de los pájaros para los que no hay ni triunfo ni derrota. Nadie discute la dificultad de la noche en tiempos de pandemia. Uno ahonda, si quiere, la noche, y puede dar a la noche la antigüedad tardía que le dio Peter Brown al mundo en El mundo de la antigüedad tardía. (No hubo tal decadencia de Roma, se recomienda ir a ver: Taurus, Clásicos radicales, reedición 2018). O sea, la vuelta de cabeza de Orfeo cambia el sentido, es decir, reinventa el sentido. Si a eso le queremos llamar la “desaparición de Eurídice” no hay reproche. ¿Quién puede con los viejos griegos?

Yo abreviaría. ¿Quién puede con los viejos? Los viejos vuelven. Pero no vuelven como un coro para desaparecer a Eurídice y volver el mito una página en blanco, siempre en blanco y además blanca, que señala una siempre ausencia de escritura con figuras. Pero la presencia puede ser una latencia, una promesa de reaparición. Si no, ¿cómo aceptamos con esta facilidad al mundo virtual? ¿Es tan potente este deseo de vernos que damos por buena una imagen que habla de nosotros mismos, el zoom-zoom-corda de los tiempos nuevos? “Lo aceptaremos todo” parece ser el augurio de aquella ave abierta sobre la piedra por demanda de una histérica que quería saber si sí o si no. Ese, y no otro, es el llamado más arriba “triunfo de los pájaros”. La poesía sólo quiere una cosa: no ubicar un sentido fijo como objeto perdido. La poesía quiere constantemente reinventar su sentido. En eso —y sólo en eso— es como la vejez.

* Eduardo Milán é um poeta, ensaísta e crítico literário uruguaio. Reside hoje no México, onde leciona Literatura na Universidade Nacional Autônoma de México.

Fonte:  https://www.elpais.com.uy/cultural/sentido-objeto-perdido.html?utm_source=news-elpais&utm_medium=email&utm_term=El%20sentido%20y%20el%20objeto%20perdido&utm_content=01082021&utm_campaign=Cultural

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