"Francisco es el rebelde por antonomasia, porque ha vivido la doctrina de forma humana"
Una vida sin misa y una misa sin vida no tienen sentido
(Jesús Bastante).- Sacerdote, compañero periodista, maestro para muchos de nosotros, Antonio Aradillas no para de escribir libros. Viene a presentarnos el que acaba de publicar, Rebelión en la Iglesia. Tras los pasos del Papa Francisco, editado por LiberFactory. Y es que, como explica Aradillas, "una persona que vive el Evangelio tiene que ser necesariamente humano", sin importar si es siervo o Papa. De hecho, "Francisco es el rebelde por antonomasia", recalca.
¿Por qué Rebelión en la Iglesia?
La rebelión también es una palabra sagrada: se escribe con b, pero
procede de "revelación". En sentido teológico, podría ser su sinónimo.
La revelación de Dios, que se encarna en Cristo Jesús, le hace rebelde.
En los tiempos tan recios, como diría Santa Teresa, que le tocó vivir,
en la Iglesia no se podía ser de la Iglesia si no se era rebelde.
En la Iglesia, ¿qué significa ser rebelde?
Ser profeta. Y serlo con una proyección fundamental: dada nuestra
instrucción religiosa, la que hemos recibido del comportamiento de la
Iglesia, concluimos que la fe se tiene que proyectar necesariamente en
la profesión. La palabra profesión, por su parte, viene de la palabra
fe, y tiene tanto significado como la de vocación. De modo que, para ser
persona en general, hay que ser rebelde.
Tras los pasos del Papa Francisco. ¿Es Francisco un rebelde?
Es el rebelde por antonomasia, porque vive la doctrina en unas pautas
prácticas, después de que hayamos vivido una religión que era una
ensoñación: mucho culto, mucha seguridad, mucha tranquilidad. Este Papa
no encarna ese tipo de Iglesia de tranquilidades.
Un Papa rebelde gobernando una institución que no se ha caracterizado por su rebeldía.
Ahí está el problema: el problema no lo son sólo las personas, sino
fundamentalmente las estructuras. Entonces, a este Papa le está
aconteciendo que con mucha triste frecuencia se ve coartado. Lo que
piensa por ejemplo de la pobreza, la institución, que tiene tales leyes
de Derecho Canónico y tales otras fuerzas, lo impide y a veces hasta lo
imposibilita .
Yo me atrevería a decir que hay menos Evangelio en el Derecho Canónico que en la vida del pueblo.
Hace pocos días, uno de los ministros del Papa estaba aquí en
Madrid y decía una cosa muy similar: que Francisco es un Papa rebelde al
que le están saliendo obispos y cardenales rebeldes. ¿Hay en el aire
algún riesgo de cisma? ¿Cómo se pueden calificar los rebeldes al
rebelde?
Creo que los cismas son buenos. Mientras que haya caridad y sentido
común, no haya otros intereses por medio y en ningún caso a una rebeldía
responda una situación de corrupción o de defensa a ultranza de
intereses personales o de grupo. Así se mide la autenticidad de la
rebeldía. Una persona que vive el Evangelio tiene que ser necesariamente
rebelde, porque -vuelvo a insistir en la idea- las leyes y las
instituciones no tienen capacidad de rebeldía.
Estamos viviendo un momento en este país en que parece que se
están cambiando las reglas del juego de las mayorías: hay un movimiento
que nació desde la rebeldía de las calles puesto al nivel de los otros.
La forma de hacer la política y entender la cosa pública ha cambiado.
¿Cómo se debería posicionar la Iglesia ante este tipo de rebeldías que
están transformando ya, de alguna manera, al menos una parte de la
sociedad?
En primer lugar, siendo ella rebelde: dando testimonio de rebeldía.
En segundo lugar, reconociendo que en leyes y comportamientos civiles la
sociedad ha dado más pasos positivos que dentro de la Iglesia, incluso
en ejemplaridad. La Iglesia oficial tendría que ser reducto de
ejemplaridad, y sobre todo jerárquicamente no nos está dando ni
muchísimo menos ejemplo. Los ejemplos en la Iglesia están siendo
felizmente superados por las leyes civiles, y esto tiene que constituir
una satisfacción sincera, desde la humildad.
¿Crees que los obispos españoles están atentos a esos cambios y
capacitados para asumir que esa rebeldía es posible, y participar en
ella?
Con sinceridad, creo que no. Y hasta me da pena el hecho de que
precisamente han sido elegidos por no estarlo. Desde su pobreza y
reflexión religiosa, tendrían que ofrecer un testimonio distinto. Si no
sirven para eso, que se jubilen y ya está, porque si seguimos como hasta
ahora, el episcopado no encarna la rebeldía. ¡Les habrían exiliado de
la Iglesia! Los que tenían el mando de la Iglesia española, no te
aceptaban en el episcopado. Esas travesuras que en tiempos de Franco,
durante el nacionalcatolicismo, eran hasta posibles, en estos últimos
años no lo han sido.
Además de tus trabajos en Religión Digital y de tus libros, te has
dejado embarcar en un proyecto rebelde: la iglesia abierta en el centro
de Madrid las 24 horas, que está empezando a ofrecer propuestas
novedosas. Hablo de la iglesia del Padre Ángel, la de San Antón. ¿Qué
piensas de esa iglesia? ¿Qué te supone lo que tiene detrás?
Yo le propuse al padre Ángel la posibilidad de celebrar los viernes a
las siete de la tarde yo una misa con una dimensión actualizada. Si
hacemos una encuesta, difícilmente va a haber muchas respuestas que
sepan qué es eso de una misa... Misa es vida y vida es misa. Es lo que
he tratado de explicar estos viernes que ya he celebrado. Una vida sin
misa o una misa sin vida no tienen sentido.
Si tú llevas a la misa los problemas de los cuales el pueblo
participa, comentas por ejemplo las noticias de cada día, están haciendo
que el simposio o ágape -como se llamaba a la misa al principio- tenga
un significado, pueda contener vida. Si sacas de los noticiarios una
reflexión, junto a la fraccio panis el resto de la ceremonia va a ser
también auténticamente misa. Ahora, con las inmensas posibilidades que
hay de estar todos en familia, podemos vivirlo juntos. Oración, misa y
noticia configuran un momento auténtico que sobrepasa la ceremonia,
porque no se le da tanta importancia al rito sino a la misa. A la
Iglesia le sobran ceremonias y la hace falta mucha más comunión, que es
la auténtica acción de gracias de la misa. Cuando al final de la misa se
dice que ya os podéis ir, es la seña de que empieza la misa: de que, lo
que hemos concelebrado, tenemos que recordarlo y proyectarlo a la vida.
Recuerdo una canción de misa de cuando era niño que decía que la
misa no terminaba ahí; que ahora la empezábamos a vivir, la teníamos que
madurar. Hemos escuchado cómo eres ejemplo de esa rebeldía, de esta
rebelión en la Iglesia. ¿Quieres destacar algo más sobre el libro?
El libro está dedicado precisamente a Religión Digital, porque la
labor que estáis realizando, director y redactor-jefe, de verdad que es
inconmensurable y para los rebeldes nos está suponiendo mucha luz.
Todo gracias a colaboradores como tú.
Otros titulares:
-Me atrevo a decir que hay menos Evangelio en el Derecho Canónico que en la vida del pueblo
-La Iglesia tiene que reconocer que la sociedad civil ha dado más pasos positivos que ella
-A los obispos españoles se les nombró precisamente por no estar capacitados para participar en la rebeldía
-He llevado los periódicos a mis homilías en la iglesia de San Antón, para actualizar la misa
-A la Iglesia le sobran muchos ritos y ceremonias y le falta vida y comunicación
-Cuando al final de la misa se dice que ya nos podemos ir, es la seña
de que la misa empieza: de que, lo que hemos concelebrado, tenemos que
llevarlo a la vida
---------------
Reportagem por Jesús Bastante, 18 de mayo de 2015
Fonte: http://www.periodistadigital.com/religion/libros/2015/05/18/a
Nenhum comentário:
Postar um comentário